Anatomía de Bill 24

Fic TOLL de lyra

Capítulo 24

Esa mañana había poco trabajo y pudo dedicarse en cuerpo y alma a un solo caso. Era un hombre mayor que se quejaba de un dolor en el costado derecho. Anotó en su historial las pruebas que le iban a hacer, añadiendo una placa de tórax y lo mandó a rayos.

Mientras esperaba los resultados echó un vistazo a su alrededor. Gustav atendía a una niña de unos 5 años que se había caído de un columpio y tenía una pequeña herida en la rodilla que le estaba curando. Para que no llorara había inflado uno de los guantes de látex y en esos momentos la niña lo estaba decorando con un rotulador negro con la ayuda de Valerie.

Suspiró sin poderlo evitar, hacían una bonita pareja y tenían buena mano con los niños. Se acarició el vientre distraído al tiempo que daba media vuelta. Sus ojos localizaron a Tom, entrando en esos momentos empujando una camilla en donde un chico de 17 años había recibido una puñalada en el estómago.

Se movió con rapidez y en menos de dos minutos estaba trabajando codo con codo con Tom. Recibía sus órdenes y las cumplía con rapidez.

—Tapona la herida mientras preparan el quirófano—le ordenó Tom con voz firme.

Asintió y tras ajustarse unos guantes cogió un par de gasas que puso con suavidad sobre el herido, apretando todo lo que pudo sin hacerle daño.

—La presión está cayendo—dijo en voz alta una enfermera.

—Lo sé—gritó Tom desesperado.

Si no hacían algo, se les iba a ir delante de sus propios ojos. Viendo que tardaban en darles un quirófano, no le quedó más remedio que abrirle allí mismo.

—Anestesia, bisturí, gasas esterilizadas, aguja e hilo—pidió sin dirigirse a nadie en particular.

Todos se movieron con rapidez y en un abrir y cerrar de ojos Tom ya estaba operando. Le pidió a Bill que retirara las manos solo lo suficiente para que él hiciera un corte. Nada más rasgar la piel, un chorro de sangre salió disparado dando a Bill en todo el pecho. Pero eso no hizo que se apartara, ignorando la sangre que le empapaba el uniforme, siguió haciendo presión mientras que Tom paraba la hemorragia con un par de puntos de sutura.

Enseguida se le normalizó el pulso y Bill pudo retirar las manos sin miedo alguno. Se apartó a un lado mientras que los demás trasladaban al herido a un quirófano que había quedado libre para que Tom terminara su trabajo.

Le vio partir sin volver en ningún momento la mirada, en casos así Tom era todo un profesional.

—Dime que toda esa sangre no es tuya—escuchó una voz a sus espaldas.

Se giró con rapidez y descubrió a David Jost mirándole con la frente arrugada.

—No, es de un chico al que Tom le ha salvado la vida—explicó Bill por encima.

—Será mejor que te laves antes de que la gente te vea—aconsejó David.

Asintió y tras quitarse los guantes de látex, los tiró en un contenedor y se dirigió a la sala donde se cambiaban, equipada con una ducha para casos como ese. Sentía que David le seguía, y antes de abrir la puerta y entrar en la sala se giró para enfrentarse a él.

—¿Querías algo?—preguntó muy serio.

—Hablar contigo, si no te importa—contestó David—Ahora que Tom está ocupado…

—¿Tienes miedo de que te de otro puñetazo?—preguntó Bill sonriendo sin poder evitarlo.

—Ese me lo merecía, pero no le voy a dar la oportunidad de que me dé otro más—aseguró David con firmeza.

Bill se encogió de hombros y entró en la salita. Estaba vacía y abriendo su taquilla cogió otro uniforme nuevo. Mucho se temía que el que llevaba puesto iría a la basura, la sangre se secaría y sería imposible de quitarla.

Se giró con el de la mano y fue hasta una esquina de la salita, en donde había una zona acortinada que separaba la ducha del vestuario.

—Tienes 5 minutos en los que me lavo—dijo mirando por encima del hombro—Cuando salga no te quiero escuchar ni ver.

David asintió, sintiendo la firmeza de su voz. Estaba claro que tras lo sucedido el día anterior, su lealtad estaba del lado de Tom y no quería que nada ni nadie se interpusiera entre los dos, sobre todo un ex buen amigo que se acostó con la mujer equivocada….según su versión…

Carraspeó y se volvió al escuchar el ruido de la ducha. A pesar de la cortina, pudo ver la silueta de Bill desnudándose y entrando en ella.

—¿Y bien?—preguntó en voz alta Bill para hacerse escuchar.

—Regresó a Boston en dos días, y Allyson se viene conmigo—explicó carraspeando.

Esperó una respuesta de Bill, pero solo escuchaba el agua caer. ¿Qué le podía decir? ¿Qué la mantuviera bien alejada de Alemania? Estaba claro que desde que llegó su vida se fue al traste y casi pierde a Tom. No le culpaba por desearle lo peor a Allyson…

—Solo quería que lo supieras, que ya tienes vía libre con Tom—dijo David a modo de despedida.

Había escuchado que cortaba el agua y le veía salir de la ducha a través de la cortina. Iba a dar media vuelta cuando apareció ante sus ojos ajustándose una toalla a su estrecha cadera.

—Tom y yo hemos vuelto—le confesó.

—Me alegro mucho por los dos—dijo David de todo corazón—Os deseo lo mejor.

Bill asintió y vio como David le decía adiós con la mano y daba media vuelta para salir de la salita. Esperó hasta que cerró la puerta para esbozar una amplia sonrisa. Al fin iba a tener a Tom solo para él, se acabó en pensar en que si su mujer no estuviera en el mismo hospital ellos de podrían amar en libertad.

.

Se dio prisa en vestirse de nuevo, habrían hecho ya las placas a su paciente y tenía que ir a ver el resultado. Se secó con rapidez y se puso su uniforme nuevo. Se estaba atando los playeros cuando se abrió la puerta y…Georg apareció por ella.

Se quedó helado sin saber que hacer o decir, viendo la misma indecisión en los ojos de Georg. <le vio entrar del todo y ponerse a su lado para abrir su taquilla sin decir nada. Decidió ser él quien rompiera el hielo, ya que había hecho lo mismo con su corazón…

—Gustav me ha dicho que te vas—murmuró carraspeando.

—Es lo mejor para los dos, Bill—dijo Georg sin mirarlo.

—Yo…lo siento mucho—susurró Bill.

Se sentía muy mal, Georg fue el primer amigo que hizo en el hospital y habían compartido mucho juntos.

—No lo sientas Bill, son cosas que pasan—dijo Georg alzando al fin la mirada—Tengo que aceptar que tú y Tom habéis vuelto, solo necesito tiempo y vivir los dos bajo el mismo techo no ayuda mucho.

—Georg, sabes que eres mi mejor amigo, y nunca dejarás de serlo—dijo Bill con firmeza.

—Lo sé…oh, por cierto. Abajo te buscan por unas pruebas—le explicó cambiando de tema.

Asintió y terminando de calzarse se levantó, no yéndose sin besar a Georg en la mejilla murmurando contra su piel cuanto lo sentía. Echó a correr a urgencias, donde su paciente esperaba descansando en una camilla. A los pies de la misma había un sobre marrón con las radiografías que le habían hecho. Las sacó y puso a tras luz, frunciendo la frente ante lo que veía.

—Tiene una costilla fracturada—explicó a su paciente.

—Es que soy muy torpe, me caí de la cama hace dos días—le confesó avergonzado.

—Tenía que haber venido de inmediato, a su edad esas caídas son fatales. ¿Vive solo?—preguntó viéndole asentir—Voy a llamar a asuntos sociales, pueden buscarle a una persona que vaya unas horas a hacerle compañía, más ahora que va a necesitar estar un tiempo en reposo.

Le sonrió con amabilidad y tras dejarle en manos de una enfermera fue a hacer esa llamada. Cuando terminó, colgó el teléfono muy satisfecho, le había conseguido una persona que se quedaría a dormir con él hasta que se le curara la costilla y luego pasaría varias horas al día viendo lo que necesitaba y sobre todo haciéndole compañía.

—¿Y esa cara?—preguntó Tom poniéndose a su lado.

No le había visto venir, y se dio un pequeño susto.

—Hoy parece que todo me sale bien—contestó Bill riendo.

—Mmmmm…¿Tengo yo la culpa de algo?—susurró Tom levantando una mano.

Cogió un mechón de su pelo que se le había escapado de la cola baja que llevaba y jugó con el entre los dedos hasta que una voz les hizo separar.

—Hola, hermanito.

—¡Natalie!—saludó Bill sonrojándose.

Se hizo a un lado alejándose de Tom todo lo que pudo, sin poder evitar el repaso que le hacía su hermana de arriba abajo.

—¿Querías algo?—preguntó poniéndose en medio deliberadamente.

—Hablar contigo si no estás ocupado—contestó Natalie sonriendo—Y tranquilo, que papá sabe que estoy contigo.

—Yo…tengo que ver a un paciente—murmuró Tom excusándose.

Se despidió de la chica con un gesto de la mano y huyó dejándoles a solas. Sabía que Bill tenía que recuperar el tiempo perdido con su hermana, que por cierto era algo descadara. Se había dado cuenta del repaso que le había hecho, y fijo que los había pillado, él acariciando el pelo de Bill con una tonta expresión en la cara…solo esperaba que no se lo dijera a su padre, si Bill aún no había contado que estaba saliendo con alguien, le correspondía a él hacerlo cuando se sintiera preparado.

Bill esperó a que se hubiera ido y entonces se dirigió a su hermana, que no paraba de reír en voz baja.

—¿Es ese tu novio?—preguntó Natalie entre risas.

—Si, y ¿qué te hace tanta gracia?—preguntó Bill algo molesto.

—Nada,…bueno, si. Tienes buen gusto, está buenísimo—contestó Natalie asintiendo.

—Anda, dime lo que tengas que decirme antes de que te saque del hospital por los pelos—bromeó Bill sonriendo.

—Mi madre quiere que vengas a cenar—dijo Natalie casi sin aliento.

No le extrañó para nada la cara de desconcierto que puso Bill. Estaría pensando que demonios pintaba él comiendo con una persona que destrozó su vida cuando era solo un niño. Ella estaba al corriente más o menos de cómo empezaron las cosas entre sus padres, sabiendo que para que ellos estuvieran juntos se tuvo que deshacer otra familia.

—Si no quieres, lo entendemos—murmuró al ver que pasado un minuto seguía en silencio.

—No…es que me has pillado desprevenido. ¿Por qué quiere tu madre que vaya?—no pudo evitar preguntar poniéndose tenso.

—Sabe que eres importante para mí…formas parte de la familia, eres mi hermano mayor y papá no deja de hablar de ti todo el rato—explicó Natalie—Solo quiere conocerte, pero entiende que primero se lo tendrás que comentar a tu madre y ella no quiere meterse en medio de los dos.

—No hace falta que le comente nada, mi madre sabe de tu existencia y que algún día nos conoceríamos—murmuró Bill suspirando—Deja que consulte mi horario, y si no tengo guardia esta noche te aviso.

—Claro, cuando tú puedas te estaremos esperando—dijo Natalie sonriendo.

Le dio su número de teléfono y Bill lo anotó en el su móvil, que llevaba siempre consigo pero sin sonido. Se despidió de ella y la vio salir del hospital. Se quedó pensando…no le gustaba tener que pasar por eso él solo, conocer a su otra “familia” sin nadie al lado que le cogiera con fuerza la mano.

Sonrió cuando una loca idea pasó por su cabeza. En esas ocasiones, lo normal era que uno se apoyara en su pareja, y esa cena le parecía ideal para que su padre conociera a su novio de manera formal…

Continúa…

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por lyra

Escritora del Fandom

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