Cold Heart 3 (P.2)

«Cold Heart» Fic TWC de TKHTLLL

Capítulo 3 (P.2)

—¿Me estás diciendo que te gusta todavía?

—Solo quiero que me escuches, Georg… siento que es algo más que un «me gusta» — formé las comillas con mis dedos. — y créeme que quiero convencerme a mi mismo de que no significa nada más que un amor de hermanos, pero me afecta cuando me aleja. — suspiré. — me esfuerzo como no tienes una puta idea para quererlo solo como lo que es pero no puedo, desde que llegó ya estaba seguro de que nunca olvidé mis sentimientos por él.

Hizo una pequeña mueca. — Tom, estás mal… te vas a torturar a ti mismo, debes ver a un psicólogo, no es normal que sientas esto.

—Pero es que ni siquiera hemos sido hermanos, Georg, hemos estado separados mucho tiempo.

—Ah, bien… si no se conocieran hasta ahora… si hubieran estado separados al nacer lo entendería aunque sea… un poco. — rodé los ojos, cruzando los brazos. — pero no, a ti te gustó siempre… ¡Y ahora todavía te gusta!

—Mierda, pero no puedo controlar lo que siento, Georg.

Bill llevaba ya un mes conmigo desde que le presenté a Andreas, un maldito mes donde me trataba como la mierda. Cada vez era más frío conmigo… o bueno, conmigo y con todos.

Pero eso solo hizo que estuviera aún más pendiente a él, y claro, Andreas enloqueció, se había vuelto jodidamente insoportable de un tiempo para acá solo porque yo procuraba a mi hermano.

Aunque había algo extraño… Georg y Bill hablaron hace una semana, él vino a mi casa, se toparon y hablaron un rato, pero con Georg no fue cortante… ni siquiera grosero como conmigo y me parecía que le sacó tema incluso.

Entendía que Georg por ser tan platicador podía dar un buen tema de conversación, pero yo había intentado lo mismo por semanas y no se abrió a mí nunca, es más, parecía estar feliz solo cuando yo no estaba cerca de él.

—Si puedes, Tom, se fuerte de mente, olvídate de él… no es sano ni está bien, ¿Por eso dejaste a Kathrin? — ah, claro, olvidé decir que terminé con mi novia, sorpresa. Ni siquiera pude procesarlo, solo tomé esa decisión de forma imprudente… y la verdad era lo mejor, no podíamos seguir juntos si me gustaba alguien más… aunque fuera mi hermano.

—Puedes decirme que estoy demente y necesito un psicólogo, pero si, por eso terminamos… y ya te lo dije, lo que siento por Bill es tan fuerte que siento que no quiero seguir ocultándolo.

—Tom, escucha lo que estás diciendo, si le dices lo que sientes querrá irse de Wolmirstedt y ahí si que lo vas a perder para siempre.

—Pero… ¿Por qué estás tan seguro? — reí un poco, tratando de mantenerme relajado, aunque lo cierto era que tener estas conversaciones me ponían muy mal.

—Me es fácil saber como es una persona con solo intercambiar palabras, y escúchame… en el caso de que te vaya bien solo le dará igual, pero no te va a corresponder.

—Auch.

—No es con la intención de lastimarte, Tom, pero es lo que pasará si reacciona medianamente bien, sino se irá.

—¡Holaaa! ¡Volvimos! — no pudimos seguir hablando, Andreas y Gustav entraron a la casa. Habían ido a comprar la comida, mucha, les dimos una lista larga de cosas solo para que se tardaran y poder hablar sobre… ese tema.

No me había dado cuenta que prácticamente estábamos dejando encerrado a Bill en su habitación, y claro que no literalmente, pero ya sabía que a él no le gustaba salir cuando estaban mis amigos y aún así estábamos en la sala todos juntos en vez de ir a mi habitación.

Pusimos una película a pesar de que siempre terminábamos distraídos con alguna plática nuestra y comimos las frituras que habíamos comprado entre todos.

La puerta en el segundo piso se abrió… bien, no estaba mamá, así que debía ser Bill, y lo comprobé cuando pude visualizar sus piernas desde las escaleras. Quizá quería ir al baño, pero a penas escuchó a Gustav hablar se dió la vuelta con rapidez para regresar a su habitación. Muy tarde. — ¡Pero miren quien está aquí! El hermanito de Tom. — habló Andreas.

Gustav agachó la cabeza para tratar de verlo mejor desde abajo. — Bill, ¿Quieres sentarte con nosotros?

—No gracias, en este momento me gustaría estar solo. — dijo rendido cuando lo cacharon parado en las escaleras.

—¡Vamos! ¡Siempre huyes cuando estamos aquí! — Andreas no esperó una respuesta por parte de mi hermano mientras se levantaba de un brinco del sofá, de inmediato yendo a su dirección y a los segundos ya lo había tomado del brazo para llevarlo hasta tenerlo frente a todos. — siéntate donde quieras.

De inmediato me acomodé mejor, haciéndole lugar a mi lado. Aunque Bill tampoco se acercara a mí era al que más confianza le tenía de todos los presentes. Pff, se sentaría conmigo claramente.

O al menos era lo que debía pasar, pero no, se sentó junto a Georg, y él lo rodeó con su brazo.

Ja, no podía molestarme por esto, no podía sentir celos… no podía sentir nada con verlos.

Sabía muy bien que a mi amigo no le gustaban los hombres ni lo hacía con mala intención… debía ser quizá porque lo veía más pequeño al ser el mayor de todos, pero ver como otra persona lo tenía así y él se dejaba era suficiente para estar muriéndome de celos.

Daba igual si no era con otra intención, incluso si yo sabía que era algo amistoso, no quería que Bill tuviera más amigos sin antes haberme conocido a mí.

—Bill, yo no te conozco muy bien, ¿Nos quieres hablar de ti? — al parecer Gustav también quería conocerlo más.

—No tiene mucho que decir, solo es el hermano homosexual de Tom. — todos vimos de inmediato a mi mejor amigo con el ceño fruncido.

—Andreas.

—¿Te gustan los hombres? — preguntó Gustav.

Bill parecía tranquilo aún con el comentario de Andreas, cruzado de brazos y con una pierna sobre la otra, respondió al instante. — no, no me gustan, y honestamente me tiene cansado que siempre que me encuentro al teñido este me esté jodiendo con lo mismo. — por primera vez le había respondido con el mismo tono que Andreas usaba, estaba molesto.

—¿Yo soy el «teñido este»?

—Si, ¿O me vas a decir que eres rubio natural? — aún cuando Bill se estaba burlando de mi amigo seguía estando completamente serio.

No sé si se sentía protegido o seguro estando cerca de Georg, pero aún cuando Andreas se levantó con postura amenazante no le bajó la mirada.

—Ya, ya, relájense. — Gustav se levantó y apoyó su mano en el pecho de Andy para hacer que vuelva a su lugar. — Bill, ¿Eres heterosexual entonces? ¿Bisexual?

—Creo que ninguna de esas… no me gustan las personas.

—Bueno pero alguna persona que te haya gustado, ¿Era mujer o era hombre?

—Nunca me ha gustado nadie.

Todos nos quedamos en silencio.

Mi atención solo estaba en su conversación, callado como si fuera mudo. Quizá si interrumpía Bill ya no iba a querer hablar, así que me limité a escuchar.

Nunca la había gustado nadie… y por un lado eso era realmente malo, pero por otro sabía que estaría más que orgulloso de mi mismo si conseguía algo con él, sería el primero.

—¿Entonces nunca has tenido pareja?

Se encogió de hombros. — una vez una niña dijo que era mi novia y yo también decía que lo era pero no hablábamos ni éramos amigos… de ahí en más, no. — a penas terminó de hablar se echó el cabello detrás de los hombros. Bien, me estaba volviendo loco su actitud.

—Creí que desde los catorce ya nadie era virgen y tú no has dado ni tu primer beso. — Georg habló ahora, no fue con mala intención, estaba riendo y Bill le sonrió.

Era la primera vez que veía su sonrisa. Era hermosa, y me pareció adorable sus dientes levemente chuecos, vaya chico.

—Deberíamos buscarte a alguien para que te enseñe a besar y…

—¡Nada de eso! Si a él no le ha gustado nadie denle su tiempo, será cuando mi hermanito decida. — si, si, no los quería interrumpir ¡Pero estaban diciendo algo que no podía ser! ¿Bill besando a alguien más solo para que le enseñe? Era estúpido.

—De todas formas yo no quiero que nadie me bese nunca. — hizo una mueca, verdaderamente le dió asco, quizá se lo había imaginado.

Georg no quitó el brazo de sus hombros, lo apretaba más a él y reía. No aguantaba más las ganas de quitarlo de ese lugar para sentarme yo y abrazarlo igual.

—Eso, ya escucharon, ahora dejen de incomodar a mi hermanito, a un lado. — me encaminé a Bill de inmediato, era mi oportunidad perfecta para apartarlo de mi amigo. Esperaba tener que llevármelo casi arrastrando, pero no, él solo estiró su brazo para que tomara su mano y le ayudara a levantarse.

A penas se levantó ambos subimos las escaleras, dejando a mis amigos en el primer piso.

Al llegar a su habitación me soltó tranquilamente y entró a esta. Bien, parecía que ahí se terminaría nuestra pequeña interacción del día, pero antes de cerrar la puerta se detuvo, girándose hacia mí. — Tom… — se rascó la nuca. — gracias por salvarme de las preguntas de tus amigos, ya van dos veces. — asintió, mostrándome una pequeña sonrisa que se desvaneció segundos después. Ahora parecía más tranquilo.

—Para eso estamos los hermanos, ¿No?

—Yo no haría eso por ti, sinceramente. — sonreí como un tonto, apoyándome en el marco de la puerta mientras lo veía.

No importa que me dijera, con solo verlo a los ojos me era suficiente para ponerme como un idiota, y ahí estaba, mordiéndome discretamente los labios sin borrar la sonrisa en mi rostro. Parecía que le coqueteaba a mi propio hermano, si, lo sabía, pero rápidamente salí de mi trance.

—¿Por qué no quieres que nadie te bese nunca? — pregunté de repente, solo para no tener que irme tan pronto.

—Mmmh… no me gusta que escuchen cuando lo digo porque me toman por narcisista o egocéntrico.

—Puedes confiarme eso a mí. — entrecerró los ojos un momento, acercándose unos pasos hacia mí para poder mirar por el pasillo y verificar que no hubiera nadie, aunque no terminé de entender porque lo hacía hasta que me tomó de la camiseta, pegándome a él de un rápido movimiento cuando de repente ya tenía su respiración chocando en mi oído.

¿Y yo? Yo me quedé paralizado, sin alejarme ni un poco.

—Siento que nadie merece estar conmigo… todos me parecen tan poca cosa… la verdad, nunca he podido enamorarme por eso. — y me soltó sin más. Estaba sonriendo, realmente pensaba lo que acababa de decir.

Para él todos éramos poca cosa… y lo peor era que para mí también todos lo éramos. Bill me parecía la persona más bella que había visto nunca antes, podía entender su alto autoestima, ¿O es que a caso podría encontrar a un chico más bello que él? Lo dudaba totalmente.

Lo que no entendía era como nunca había sentido nada por nadie, con esa carita era seguro que habían personas interesadas en él, ¿Y ninguna lo pudo enamorar?

Dejé de pensar en eso, me había dado un pequeño empujón para alejarme y poder cerrar la puerta, así que tuve que dejar mis pensamientos en ese instante, bajando las escaleras con rapidez hasta donde estaban mis amigos. A penas me senté ya había tomado una las bolsas de frituras para comerlas de una forma desesperada, llenando mi boca sin despegar mi mirada de Georg.

Mi vista no se separaba de él, aunque él no lo notara, solo seguía hablando con mis amigos. — tocaste a Bill…

Me volteó a ver confundido. — ¿Qué dijiste? Con tanta mierda en la boca no te entiendo nada, hombre.

—¿Por qué tocaste a Bill? — dije a penas tragué lo que llevaba en la boca, soltando la bolsa de mala gana para cruzarme de brazos.

—¿Ahora te vas a poner a celar a tu hermano?

—Cállate, Andreas. — suspiró. — Tom, no creí que te molestaría, sabes que no lo hago con mala intención.

—No dije que lo hiciste con mala intención, pero por favor no lo hagas de nuevo, a él no le gusta… y a mí tampoco.

—No creo que Bill estuviera incómodo, no lo conozco pero no se veía molesto ni mucho menos. — ahora Gustav se integró a la plática.

—Pues lo estaba.

—Deberíamos ver una película en vez de hablar de tu hermano y pelearse por él, ¿Qué de interesante tiene? — rodé los ojos por el comentario de mi mejor amigo, tirándome al sofá, justo a un lado de él para abrazarlo por los hombros.

—Tú ya deja tus celos por Bill, Andy.

—¡No estoy celoso ni le tengo envidia!

—Eso ni siquiera lo mencionó Tom, te delatas solo. — los tres comenzamos a burlarnos de Andreas. Era tan gracioso que solito se echara de cabeza.

A veces sentía que muy en el fondo Andreas sabía que quería de otra forma a Bill y eso era lo que le molestaba.

Era eso seguramente, yo no era estúpido, sabía desde hace unos años que Andreas sentía algo por mí, así que no le veía otra razón válida para odiar tanto a mi hermano, ¿Sino que excusa podría poner? Bill no era malo, no se metía con los demás, no era grosero ni respondía a las peleas… lo único que quería era que respetaran su espacio personal y lo dejaran en su extraña soledad. Quizá su único defecto era sentirse superior a los demás, de ahí en más no había algo malo en él.

Aunque comenzaba a creer que no tenía sentimiento alguno, todo me indicaba que era así, no podía amar a nadie.

Era sincero y hasta imprudente a más no poder sin importar si lastimaba a alguien… cuando veía a mamá llorar le daba igual. Le daba igual estar solo, le daba igual yo, bueno, todo le daba igual, no lo había visto sentir ni una sola emoción en todo este mes.

—Tom, creo que nosotros ya nos vamos, si tu mamá nos ve aquí querrá que nos quedemos a cenar y yo ya comí tanto que siento que voy a explotar. — me sacaron de mis pensamientos. Ni siquiera me di cuenta de cuando la película acabó, todo por estar perdido en mis pensamientos.

—¿Eh? Ah, sí, claro… cuídense. — les di un corto abrazo a cada uno, con una palmada en sus espaldas como despedida hasta que se fueron.

Solté un suspiro.

Bill y yo estábamos solos de nuevo… y eso comenzaba a gustarme porque podía hacer las cosas más pervertidas que se me ocurrieran.

Después de todo era un hombre, no una jodida piedra y también necesitaba hacerlo a veces.

Cuando estábamos solos siempre me encerraba en mi habitación y me tocaba, pero esta vez tenía la pequeña idea de hacerlo en el baño, como esa vez que me metí esperando a que Bill entrara y poder verlo… pero ahora me vería él a mí, masturbándome con su carita en mi mente… con esa pequeña interacción que tuvimos donde me tomó por la ropa y me pegó a él.

De solo recordar su respiración tan cerca pude imaginármelo en tantas situaciones que solo me confirmaban el enfermo que era.

A pesar de mis ideas de hacerlo en el baño no las llevé a cabo, me fui a mi habitación donde a penas estuve dentro me desnudé, tumbándome en la cama con el pequeño bote de lubricante y dejé caer parte de ese frío líquido sobre mi pene.

Mi abdomen se contrajo y empecé a hacer lo que llevaba haciendo desde hace semanas. Me masturbe una y otra vez con una sola persona en mente.

Bill.

Continúa…

Gracias por la visita. Te invitamos a comentar.

admin

por admin

Administrador del sitio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!