Cold Heart 5 (P.2)

«Cold Heart» Fic TWC de TKHTLLL

Capítulo 5 (P.2)

—Tom, deja de tomar.

Llevaba toda la botella, y lo peor era que aún así no podía sacarme de la cabeza la discusión con Bill. — debería esforzarme el doble… — susurré para mi mismo, con el hombro apoyado sobre la pared y con la vista perdida. Todo me daba vueltas, mierda, ¿Por qué hablé sin pensar? Bill jamás me perdonaría.

Podía sentir la desesperación de Georg, seguramente quería golpearme a mí y golpear a Bill, lo notaba. — joder, que no, Tom, deja de tener la cabeza tan dura y suelta ese capricho con tu hermano.

—La cagué, Georg… me dejé llevar, dije cosas que no pienso. — arrastraba las palabras, casi no se me entendía, y Georg apoyó las manos en mis hombros, haciéndome enderezarme para hablar mientras me sacudía levemente.

—Era lo mejor, Tom, mira el lado bueno, no queda otra opción más que olvidarte de Bill, y sabes que es lo correcto.

Negué varias veces con la cabeza, como si estuviera haciendo un berrinche y apreté la botella entre mi mano mientras me soltaba de su agarre, tambaleándome un poco. — ¡No! ¡Lo correcto es que le diga mis sentimientos y ahí si tenga una jodida razón para rechazarme o aceptarme! ¡No así!

—Jamás te había visto así por nadie, Tom.

—Y jamás me vas a ver así por alguien más… todos son una mierda comparados a Bill… ¡Bill también es una mierda! ¡Es…! Es… es una mierda, pero lo quiero… — nuevamente caí recargado en la pared, estaba casi cayéndome. — quiero a Bill…

—Debes bajar la voz, Tom, no estamos tampoco tan lejos, ¿Sabes? Te va a escuchar. — ah, claro, Georg fue hasta mi casa, y estábamos justo fuera de esta… yo casi gritando. Si estuviera sobrio me moriría de la pena.

—Me da igual… ¡Me da igual! ¡Que me escuche! ¡De todas formas ya sabe que….! — me quedé en silencio y ambos volteamos en dirección a la puerta cuando esta se abrió, y Bill salió sin voltearnos a ver, solo caminó en dirección a la calle. Llevaba la mochila colgada en el hombro, y mantuvo la cabeza bien alzada, saliendo del jardín. — B-Bill…

Georg suspiró. — Tom, no… — tiré la botella a un lado, yendo de inmediato detrás de él, aunque a duras penas. — ¡Hey! ¡Regresa aquí!

Lo ignore, parecía un tonto, me tambaleaba en el camino hasta que logré alcanzarlo y mi mano se cerró en su brazo, haciéndolo girarse de vuelta en mi dirección. Me miró en silencio. — ¿A dónde vas, Bill?…

A penas hablé hizo una mueca de asco, moviendo su mano sobre su nariz en busca de desaparecer el olor a alcohol. — mierda, hueles horrible. — su mano subió a mi muñeca y me hizo soltarlo sin usar demasiada fuerza. — no es necesario que me toques. — quizá era porque estaba muy sensible por lo ebrio que me encontraba, pero un fuerte nudo en mi garganta indicaba mi mal estado.

—No… no te vayas, Bill. — agaché la cabeza, mordisqueando con nervios mi labio inferior, tirando un poco de mi piercing, era un pequeño tic.

Me miró unos momentos en silencio y finalmente suspiró, hablando en voz baja. — ¿No dijiste que ya no me ibas a buscar? No tardaste ni tres horas y ya me molestas de nuevo… — desvió la mirada, sacudiendo un poco la cabeza. — deja de rogarme, me das pena.

Era verdad, de nuevo estaba rogándole, fuera por su atención o para que se quedara, pero lo hacía. — Bill, quédate… — no sé que pasaba por mi cabeza en ese momento, tal vez pensaba que se iba a ir definitivamente de la ciudad. — por favor. — insistí, acercándome torpemente para tomarlo de nuevo, pero o él era muy rápido o yo muy lento porque a penas lo intenté él ya estaba lejos de mí otra vez.

—Deja de tomar, es muy temprano y ya apestas.

—Dejaré de tomar su regresas a casa, hip…. hip. — genial, ahora tenía hipo, seguro me veía patético en ese momento.

Alzó una ceja, y luego de unos segundos una sonrisa tiró de sus labios. — en serio das pena, Tom. — dijo burlándose con una pequeña risa antes de darse la vuelta, comenzando a caminar de nuevo lejos de mí.

—¡Bill! ¡No te vayas! ¡No…! — mi plan era ir detrás de él, pero la mano de Georg tiró de mi grande camiseta para que no pudiera hacerlo, envolviendo el brazo en mi abdomen para tirar de mí de regreso a la casa. — ¡Suéltame!

—Basta, Tom, entremos a tu casa.

—No…

—Si tu mamá te ve así te vas a aventar otro problema a parte del que ya tienes por haber hecho una fiesta en su casa.

—No me… importa, no dejes que Bill se vaya… no… que vuelva…

—Tom, va a regresar en un rato, no se fue de la casa.

Todo me daba vueltas, estaba extremadamente mareado mientras Georg me ayudaba a entrar al departamento, aunque constantemente me retorcía entre sus brazos para soltarme, y a penas estuve en la entrada, vomité. No recuerdo bien lo que pasó después, solo pequeños momentos donde Georg limpiaba mi desastre y otras donde me dejó en mi cama.

Antes de quedarme dormido eran las dos de la tarde, y cuando desperté pasaban a penas de las cuatro de la tarde. Se me hacía incluso extraño haber dormido solo dos horas, después de todo había tomado desde temprano.

—Tom, cielo, hasta que despiertas… — fruncí el ceño y me senté en la cama, pero de inmediato me llevé ambas manos a la cabeza, cerrando los ojos con fuerza por la luz en la habitación.

—Le dije que no tardaría, señora.

—Tom, no me detendré a regañarte solo porque Georg me contó que estás pasando por un mal momento, hijo. — reconocí la voz de mi madre luego de unas caricias en mi cabeza y volteé a verla aún con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido. ¿En qué momento llegó? Siempre llegaba tarde. — ¿Quieres hablar de eso?

—¿Qué?… Mamá… ¿Cuándo llegaste?

—Hace una hora, todos estamos muy preocupados por ti. — me sentía jodidamente cansado, ni siquiera prestaba atención a lo que decía y me froté uno de los ojos, agachando la cabeza.

—Ya déjalo, mamá, no es un niño. — inmediato abrí los ojos con normalidad y mi vista fue a los presentes. Estaba mi madre sentada a mi lado, Georg parado junto a la cama… y Bill, con los brazos cruzados, recargado en el marco de la puerta.

A partir de ese momento mi mirada no se separó de Bill, aunque él ni siquiera lo estuviera notando, por un momento creí que estaba ahí porque también estaba preocupado, pero parecía que más que nada era por obligación su presencia.

No se daba el tiempo de ocultar que no estaba a gusto ahí, haciendo caras de aburrimiento y estando algo inquieto, como mirando sus uñas o pasándose la mano por el cabello. Suspiré, llevando de vuelta mi vista a mi madre. — ¿Te sientes bien, hijo?

—Mmm, si… solo tengo algo de hambre. — volví a recostarme en el respaldo de la cama, me sentía agotado.

—Oh, cierto… Georg, Bill, por favor quédense a cuidar de Tom hasta que se sienta mejor.

Georg frunció el ceño. — ¿Para qué, señora?

—Iré a comprar la comida. — Georg y yo inmediatamente nos volteamos a ver, y bastó con esa mirada para ambos saber todo lo que pasaba por la cabeza del otro.

—Señora, yo… debo irme, mi madre me encargó unas cosas. — si no fuera por el dolor que sentía hubiera sonreído. A pesar de todo Georg seguía ayudándome, y ni siquiera tuve que decirle nada directamente. Se iría y me dejaría solo con Bill.

—De acuerdo, Georg… — asintió brevemente mirando al suelo, y tomó una bocanada de aire, hablando seriamente. — Bill, cuidarás de tu hermano. — pude ver como su expresión cambiaba de inmediato, pasando de su típica seriedad a abrir la boca, muy ofendido mientras se separaba de golpe de la puerta.

—¡Pero…!

—Pero nada, será solo un rato y no pienso discutirlo.

—¡Pero no necesita que lo cuide! ¡Además es mayor que yo! ¿Desde cuándo el menor cuida al mayor?

—Bill, tu hermano se siente mal, tú no. — se levantó de la cama, y yo seguía conteniendo una sonrisa. Después de esto abrazaría fuerte a mi madre por el favor que me estaba haciendo sin darse cuenta. — ya dije que no voy a discutirlo contigo, cuídalo hasta que se sienta mejor.

—Él ya se siente bien, mamá…

Me uní a la conversación, aclarándome un poco la garganta. — en realidad… me duele mucho la cabeza y el estómago… creo que podría desmayarme. — bien, estaba exagerando, pero fue suficiente para que la discusión acabara ahí.

—Listo, Bill, encárgate de darle una pastilla para el dolor y quédate aquí, ya vuelvo.

Después de esto me haría creyente, dios me estaba dando una oportunidad con mi hermano menor.

Continúa…

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