Daddy 8

Fic TOLL de Nathaly Kaulitz

Capítulo 8

Nick lo había estado observando todo el día. Desde que salió de su departamento, después en la universidad, y por último, en la cafetería. Se encontraba sumamente enojado porque vio a su querido novio estar muy apegado con otra persona ¿lo reemplazó? ¿¡a él!? ¡su amigo de la infancia! ¡su compañero que siempre lo ha acompañado en las buenas y en las malas! ¡la única persona que ama!

—¿Por qué…? ¿por qué Bill? ¿¡Por qué!?.— Reclamaba sin dejar de apretar el agarre que aún tenía en el pelinegro.

Un olor llegó a las fosas nasales de Bill, uno extraño y desagradable, como a caucho o plástico quemado, sí de inmediato supo lo que era.

—¡D-deja-me…N-Nic-k…! -gritó entrecortado.

Nick apretó más su cuello provocando que Bill soltara un gemido de dolor.

—¡Me estas engañando! ¡te vi con otro hombre!.— Dijo mientras Bill intentó marcar con su móvil, sin embargo, ese maniático se lo quito.— ¿¡Lo estás llamando?! ¡a ese bastardo!. — Bill trataba de removerse pero cada intento provocaba que su cuello sufriera. — ¿Por qué…? si yo te amo tanto, amor…

Aquellos repentinos cambios de humor se debían a lo que había consumido su ex, sí no había duda que era por eso, esa cosa maldita y adictiva, droga, la causante de que Bill rompiera con Nick, en un movimiento desesperado el pelinegro mordió la mano que tenía sobre su boca, provocando que el otro lo soltará de golpe y el tuviera la oportunidad de salir corriendo.

—¡Bill! ¡soy mejor que ese anciano! ¡ven aquí, mierda!.— Bill solo escuchaba los gritos furiosos a sus espaldas provocando que aumentara la velocidad en sus piernas, no le importo su celular en lo absoluto, porque solo quería escapar de ese drogadicto. Aceleró sus pasos al ver que aquel lo seguía.,— ¡Maldita mierda! ¡ven aquí!

Al llegar al edificio de inmediato cerró la puerta, subió las escaleras de dos peldaños y al llegar a su piso, observo detrás con el fin de ver si Nick continuaba detrás de él.

— ¡Ahhh!.— Grito Bill asustado, ya que sin darse cuenta había chocado con alguien.

— ¿Bill?.— El pelinegro lo miró espantado y de inmediato tembló al recordar el motivo por el que huía. Con sus manos temblorosas buscó sus llaves, abrió su casa y cogió el brazo ajeno para obligarlo a entrar al lugar.

Ni siquiera le importo porque Tom se encontraba ahí, no, solo quería tener a alguien que le hiciera compañía para tranquilizarlo de lo sucedido.

—¿¡Te encuentras bien!? ¿¡te sucedió algo!? ¡oh por dios! ¡Bill contesta!.— Le hablaba Tom desesperado sin tener respuesta departe del pelinegro que solo se lanzó a él y lo abrazo.

Las manos de Tom acariciaron su cabeza intentando calmar su tensión, y después las deslizo y con las huellas de sus dedos limpio esas pequeñas lágrimas del rostro que derramaban esos hermosos ojos almendra.

— ¿Qué te sucedió Bill?.— Pregunto Tom de manera cariñosa provocando que el rostro de Bill se entristeciera.

De inmediato Billle contó lo que sucedió, además él porque del fin de su antigua relación… Debía admitir que este hombre es igual que su hija, sí, lo escuchaba y le expresaba tranquilidad, eso sí que lo reconfortaba.

Bill le empezó a conversar sobre aquel día en que encontró a Nick en el departamento, sí aquel chico estaba fumando, y no era un cigarro, sino algo en una botella extraña. Aquel descubrió la raíz de donde ganaba dinero: traficaba droga, se ganaba la vida como un narcotraficante.

Siempre se preguntaba de dónde sacaba el dinero para pagar los gastos del departamento, la comida y también de los regalos extravagantes que le daba. Ese día todas sus dudas se aclararon. Bill como buen chico, le dio una opción «sigue conmigo, termina con su mercado negro y comienza a trabajar en un trabajo decente» pero Nick no acepto, sí él quería continuar con la relación, pero, no quería terminar con negocio… El pelinegro si más opción dio fin a su noviazgo, además, le advirtió que no se acercara al departamento ni a él, porque ya no quería tener de pareja a un traficante.

—Me disculpó por los tontos comentarios… Lo siento mucho Bill.— Se disculpo el mayor con Bill aún agarrando su cuerpo como almohada y sonrió.

—No te preocupes, cualquiera pensaría lo mismo que tú al principio -al decir eso, escondió su rostro en el pecho de Tom.

Bill se encontraba sorprendido que nunca se imaginó tener una plática decente con el.

— Bueno pero es peligroso que continúes aquí, ¿Por qué no vienes a mi departamento?.— Propuso el mayor.

— Gracias, pero no puedo aceptar.— Respondió Bill forzando una pequeña sonrisa que terminó borrando por un beso que le dió Tom. Gimió al sentir como ese cuerpo caía sobre el suyo, si lo estaba aplastando pero no del todo.

— Debes estar asustado ¿no es así? es mejor que está noche me quede a cuidarte.— Dijo el mayor acariciando su mejilla.

— <<¡No gracias!>>.— Pensó Bill pero al final hizo todo lo contrario.

Tom deslizó su mano debajo de la camisa, acarició el vientre del pelinegro y comenzó a mover su entrepierna con la contraria.

— ¿No tienes trabajo mañana?.— Preguntó Bill tratando de escapar de lo que seguramente pasaría entre ellos.

— No, es mi día libre al igual que el tuyo.— Bill lo observó confuso- Mañana es feriado, tontito.

Bill jadeó al sentir como Tom introducía su lengua. «Algunas veces puede ser tierno, pero no le quita lo pervertido». El pelinegro se dejó llevar por aquella lengua, y junto la suya con la de Tom y comenzaron a jugar en ambas bocas.

—¿Qué dices si mañana salimos? ¿te parece?.— Preguntó Tom sobre el beso.

Bill mordió su labio inferior por las manos que bajaban sus pantalones y luego le quitaba la ropa de arriba. Abrió sus ojos y vio como Tom estaba arrodillado quitándose su abrigo y luego su parte de abajo.

— D-debo e-estudiar para los exámenes que vienen… Hangh.

— No recibiré un «no» como respuesta.— Dijo Tom bajando sus carnosos y excitantes labios por el pecho de Bill luego subir a su cuello, y por último, una de sus mejillas coloradas. Tom extendió sus brazos donde las piernas de Bill y las separo tomo su ya erecto y húmedo pene para depositarlo en ese pequeño pero acogedor agujero.

— Ahhhhh….Mgh.— Soltó Bill al sentir como se introducía en su interior.— N-no sé…

— Solo contesta que «sí», o sino, no me moveré.— Dijo Tom amenazante entrando por completo en el cuerpo del pelinegro.

La entrada de Bill comenzó a absorber el miembro provocando pequeños y doloroso espasmos, gimió a sentir como el miembro palpitaba en sus paredes viscosas.

— Mnghm~… — Su cuerpo empezó a moverse para que aquel miembro le diera penetradas, pero Tom detuvo su acción provocando confusión en Bill. —¿A-acaso n-no quieres…?

— Sabes que sí, pero quiero que me des una respuesta.

Bill movió su cabeza a un lado. <<<¿Salir con él? ¡ni loco! pero… no quiero estar solo, y más cuando sé que Nick me está acosando».

— Sí.— Respondió Bill no tan seguro.

Los oídos agudos de Tom escucharon aquella respuesta tan anhelada, sonrió tiernamente y curvó su parte baja para comenzar a penetrarlo. Tom lo que quería era tener una de esas llamadas «citas» con el pelinegro, nunca había experimentado una, así qué, quería saber lo que se sentía.

— Ahaaah..— Bill se quejó al sentir como el Tom depositaba su líquido en su interior. Sacó su lengua y la junto con aquella que lo buscaba con desesperación. Otra vez jadeo al sentir las estocadas, las cuales son más rápidas.

— Podría estar toda mi vida en esta acogedora posición —Comentó Tom acariciando el cabello de Bill.— Es tan cómoda…

Bill respiró con dificultad y otra vez gimió al sentir más semen en su interior. Su cuerpo se encontraba sumamente cansado por esta ronda, además del duro día que tuvo. Jadeo al sentir como aquella parte era retirada y luego como su cuerpo era cambiado de posición.

Sí, para Bill le era difícil prevenir las acciones de Tom, pero son tan originales, únicas y placenteras para el. Se acurrucó en su pecho y sintió como su manta favorita cubría su cuerpo junto el de Tom.

«En verdad se sentía seguro con él.»

Tom extendió su brazo buscó el interruptor y apago la luz, deslizó más su otra extremidad en el cuerpo delgado de Bill y lo acercó más al suyo.

En parte le incomodaba la cаmа era terriblemente pequeña! pero no importa ya que está cómodo con él, su antebrazo lo utilizo como almohada, observó el contorno oscuro, y como último, dejó caer sus párpados.

— Descansa, Bill…..

&

— ¿Pensé que querías ir a comer?.— Dijo Bill cubriendo su cuello con su bufanda y visualizó la tienda. Una boutique exclusiva, solo contiene las mejores prendas de diseñadores famosos.—¿No creer que es mejor ir por un helado?

— ¿Con este frío? claro que no. Vamos.— Respondió el mayor, Bill dudo, sin embargo, al ver que Tom entraba él decidió aceptar.

— Aquí solo vienen personas adineradas, además de famosos.— Susurró Bill tapando su boca con la tela.— No estoy acostumbrado a este tipo de tienda tan frecuentada por ellos…

Bueno, aceptó venir por la única razón que no quería estar en su casa, obvio, Nick podía estar cerca de ahí. Bill no quería volverse a encontrar con su ex, no después de lo que le hizo anoche.

¿Cómo esa cosa podrida cambiar mucho a una persona? la droga es muy imprevisible, incluso puede cambiar a un amable, tierno y adorable chico como lo era Nick.

Sacudió su cabeza y siguió a Tom. De un lado a otro iban por los corredores repletos de atuendos. Se acordó de esas veces cuando salía de compras con su padre.

— Esto se ve bien ¿no crees?.— Pregunto Tom pasándole una cazadora de cuero llamando la atención de Bill.

— Es hermosa.— Contestó Bill.

— ¿Por qué no te la pruebas?.— Dijo Tom deslizando su mano por la cintura del pelinegro y lo atrajo más a él.

— No creo que sea de mi número, sip, me debe quedar chico o tal vez grande.— Dijo Bill moviendo sus labios dando señal que lo estaba pensando.

Tom condujo su mano donde el abrigo del pelinegro y vio su talla.

¡Oye! -reclamo Bill avergonzado por el acto imprevisto del mayor, que sonrió.

— Es de tu número, te va a quedar perfectamente bien. Ve a probártelo.

Bill arrugó su nariz, le quitó la prenda, dio unos cuantos pasos hasta el probador mientras escuchaba aquellas burlescas risas provenientes de Tom, y como último, se encerró en esas cuatro paredes.

El mayor se sentó en uno de los asientos de cuero, se cruzó de piernas, saco su teléfono para responder esos molestos mensajes de sus subordinados de su trabajo. Es lo único que podía haces mientras esperaba a Bill

— En verdad son inútiles, ni siquiera pueden hacer una transfusión correctamente.— comentó para luego escribir que no podía ir, ya que, hoy se encontraba ocupado.

—¿Papá? ¿qué haces aquí?

Tom se quedó estático en su lugar al escuchar la voz de su querida hija que lo miraba sin saber entender que hacía en ese tipo de lugares.…

Continúa…

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por Nathaly Kaulitz

Escritora del Fandom

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