
Fic TWC de Nathaly Kaulitz
Capítulo 10
— ¡Te di mi tarjeta, pero supongo que no salieron a divertirse.— Bill miró a su madre mientras se servía un vaso de agua. La mujer, que llegó tarde a casa, miraba su teléfono celular.
— Lo digo porque no me llegó ningún mensaje para notificarme los detalles del pago. ¿No deberías al menos llevar a tu hermano menor a alguna parte? Tienes que asumir la responsabilidad de haber arruinado el futuro de una persona brillante Bill.
— Sí, nos quedamos en casa.— Respondió Bill masticando el duro hielo de su vaso de agua, le respondió a su madre que lo estaba criticando con una mirada feroz.
Y como si lo adivinara, escuchó a su madre arrastrando sus zapatillas hasta la cocina, donde estaba él.
— ¿No te sientes mal por tu hermano? ¿No te da vergüenza lo que has hecho?.
Bill le dió un sorbo a su agua y miró a su madre en silencio. Esta mujer siempre mostraba una personalidad dura que no le dejaba espacio para dejarse llevar por sus emociones, pero la terrible condición en la que se encontraba su segundo hijo, del cuál tenía altas expectativas, parecía haberla vuelto sensible.
— ¿Es tan difícil llevarlo a un lugar que lo ayude a recordar? Si te da pereza conducir, pudiste haberte puesto en contacto con el chofer, ¿Qué tiene eso de difícil? ¿Cómo puedes ser tan irresponsable?
Bill se puso furioso y trató de decir algo, pero al final se contuvo, tenía mucho que decir, pero decidió quedarse callado. Sí, ¿qué excusa necesitaba? Al final, siempre había sido como la piedra sin forma que perturbaba la atmósfera de la casa, y esta vez aceptaba que había sido su culpa.
— Está bien. Prometo que saldremos mañana. Hoy no fue posible hacerlo porque no me sentía bien
— Yo te veo en perfectas condiciones. No hay manera de que un niño que se queda en casa todos los días a perder el tiempo esté enfermo.
— Como digas. Saldremos mañana, ¿Sí?.
— Tu padre y yo tenemos que ir a Camboya dentro de dos días a partir de mañana. No podemos faltar porque es una reunión de socios comerciales y ambos necesitamos estar ahí.
— Está bien, adelante.
— Llamame todas las noches, y por favor, sé amable con Tom durante esos dos días, ¿de acuerdo?.
— De acuerdo. Te llamaré un par veces.— Dijo Bill y haciendo un fuerte ruido, dejó el vaso en su lugar. Su segundo hijo, a quien amaban tanto, se encontraba mentalmente inestable, pero aún así no podían esperar para ir al extranjero y jugar con un palo de golf. Cuando era joven, solía pensar que sus padres tendrían sus propios problemas, así que trató de comprenderlos, pero a medida que crecía, seguía siendo difícil de entender, incluso ahora, que ya era también un <adulto>, no lograba comprenderlos. ¿Qué diablos era más importante que la salud de su segundo hijo, de quien estaban tan orgullosos y amaban demasiado, como para dejarlo al cuidado de su irresponsable primer hijo?.
— ¡Mañana, no te olvides de llevar a Tom a visitar la escuela secundaria o la preparatoria! Vayan a los grandes almacenes donde a menudo compraba ropa, ¿Bien?.
— Sí, entiendo.— Le respondió sin ánimo a su madre, quien lo seguía por las escaleras del segundo piso mientras lo regañaba. Bill entró en la habitación y chasqueo la lengua con fuerza.— Mierda. Cuanto más tarde en recuperarse la memoria de Tom, más estresado estaré por las quejas de mis padres. Debería intentar todo lo que pueda y no darme por vencido.
Era momento de tomar los cigarrillos y el encendedor de su escritorio para salir de casa.
Repentinamente fue arrastrado hacia atrás por una fuerza que lo sujetó de la cintura. El cigarrillo y el encendedor que sostenía en su mano cayeron silenciosamente en la suave alfombra.
Bill abrió mucho los ojos ante el repentino movimiento de agarrarlo en una habitación completamente oscura. El dueño del brazo que tiró de él, lo puso contra la pared y sin perder el tiempo comenzó a besarlo.
— Uh, um, Tom, ¿por qué, ah, um…?.— Trato de decir Bill que estaba indefenso ante el beso que se lo tragó antes de completar la frase. Este beso se sintió mucho más hábil que los anteriores. El acto de juntar sus labios y mezclar su saliva ahora tenía un objetivo claro: excitar a Bill.
Cuando los labios se abrieron, las lenguas se frotaron intensamente. Siempre que eso sucedía, Bill solía quedarse sin aliento ante la extrañeza que invadía su cintura.
Estaba oscuro, así que no podía ver bien, y aunque era imposible distinguir entre las expresiones faciales, Bill fue capaz de aceptar naturalmente el beso de Tom solo por sentir su aroma y la textura de su boca a la que se acostumbró mientras habían estado follando durante el día. Tom, con la rodilla entre las piernas de Bill lo abrazó de la cintura y lo levantó ligeramente para apoyarlo en uno de sus muslos.
Besarse con un sonido claro y con sus cuerpos completamente cerca el uno del otro, tenía un sabor diferente.
— Uf, ¿no estabas durmiendo?.— Preguntó Bill mientras los labios se separaron por un momento.
— Lo intenté, pero no puedo dormir. Sigue doliendo aquí.— Tom respondió con una voz clara mientras le quitaba la camiseta a su hermano mayor.
Bill tragó saliva al sentir el objeto que lo pinchaba entre la apretada ingle.
Acarició suavemente la cabeza de Tom, dejando una marca de beso en su pecho, que ahora yacía sin camisa. Sus padres estaban en el piso de abajo y en lugar de temer que lo atrapen y lo expulsen del registro familiar, una extraña sensación de rebeldía y emoción se apoderó de él.
¿Sabían que su segundo hijo, a quien aprecian y aman tanto, está sin aliento porque está obsesionado con tener sexo con su hermano mayor? ¿Cuando atraparon a su hijo como un ratón y lo criaron para satisfacer sus excéntricos gustos adultos, no esperaban que se volviera loco por el sexo después de su primera experiencia sexual por no haber podido aliviar adecuadamente su lujuria durante toda su vida? Cuanto más querían criar a su hijo de acuerdo a sus propios estándares, más daño le hacían. Era absurdo que pensaran que el único con problemas era su primer hijo.
— Bill quiero hacerlo una vez más. Hagámoslo, ¿sí?.— Rogó Tom que antes de siquiera pedir permiso, sus manos ya habían entrado en la ropa interior de Bill. Tom jadeó mientras frotaba fuertemente las nalgas que sostenían con ambas manos.— Quiero dormir envuelto en tu interior. Me encanta. Es tan cálido y masticable. Me chupa tan fuerte que no me deja ir. Eres tan delicioso. Quiero que tú cuerpo me chupe toda la noche.
— No tienes que decir eso…
Tom metió un dedo entre las nalgas que estaba frotando. Quizá debido al gran pene que había estado entrando y saliendo sin parar, el orificio estaba tan abierto que no necesitaba preparación.
Bill sacudió la cintura. La primera vez que tuvo sexo con un hombre fue con su hermano menor, y tal como este último decía, era delicioso. Si hubiera sabido que meterse el pene de un hombre se sentiría tan bien, lo habría hecho hace mucho tiempo. Georg parecía haber probado de todo, sin importar el sexo, por lo que ya conocía de este tipo de diversión. Era una lastima que no se lo haya contado antes.
— Bill.— Tom se bajó los pantalones y frotó su excitada miembro en el trasero de Bill. Empujó contra el agujero, tratando de introducir la cabeza del pene, pero debido a la postura no había ningún ángulo correcto para insertarlo. Bill entrecerró los ojos y miró a Tom.
Era difícil verlo porque era de noche y estaba oscuro, pero honestamente, le gustaba el rostro, el cuerpo y todo de Tom, así que estaba dispuesto a tener sexo una y otra vez con él. Creía que tendrían al menos una cosa en común porque eran hermanos, pero está vez se dio cuenta que no habían muchas similitudes entre ellos, por lo que sintió menos repulsión. Tal vez era porque durante mucho tiempo había estado viviendo alejado de Tom, que se sentía más como un pariente lejano que su familia cercana.
Sabía de casos donde los primos mantenían relaciones sexuales porque no había un vínculo de sangre tan cercano entre ellos, y él, sintiéndose como un pariente lejano, no era diferente.
Si Tom lograba ir a los Estados Unidos en septiembre, no tendrían que verse hasta la graduación. ¿No habían dicho que la escuela de posgrado en los Estados Unidos dura cinco años? En cinco años, Bill pensó que Tom ya estaría casado.
— Tom, no podemos tener sexo toda la noche si mañana vamos a salir.— Bill decía eso pero levantó una pierna. Tom, naturalmente lo agarró por el muslo. Cuando levanto una pierna, el espacio entre sus nalgas se ensanchó y el glande, que solo había estado golpeando la entrada incesantemente, comenzó a introducirse en el orificio.
— Solo una vez, ah, solo una.— Bill suspiro…— Y luego a dormir, ¿Okey?.
Jadeó bajo la presión de la persona que entró lentamente en él. Tom empujó su cuerpo sosteniendo firmemente los muslos y la cintura, para que Bill, que estaba de pie, no colapsara debido a la pérdida de fuerza.
— ¿Solo una vez? No, quiero dos veces.
— No estás usando condón. Mierda. ¿Qué vas a hacer con la limpieza?…!
Billy, aquí. Realmente me gusta. Quiero quedarme.
— ¡Ah, oye, ponlo lentamente, ah…!
Al ver a Bill tambaleándose por la incomodidad, Tom levantó completamente su cuerpo. Sorprendido, Bill abrazó el cuello de Tom para sujetarse. Su espalda terminó apoyada contra la pared y sus músculos se tensaron en los brazos de Tom que apoyaban sus muslos. Bill, que era alto y delgado, casi se volvió loco cuando vio a Tom levantarlo en el aire.
— Mierda ¿Qué debo hacer? Realmente me gusta mucho esto.— Pensó.— Sí, ah, ah, Tom, allí, más, más, ah…No te detengas….
En la posición que lo sostenía, Bill no pudo soportar las arremetidas de la polla de Tom, que lo levantaba y embestía a su voluntad.
Cuando abrazó su rostro, que era difícil de ver por la oscuridad, quizá debido a la sombra que se proyectaba se veía aún más exótico. Era una expresión oscura y peligrosa que no coincidía con la de un niño. Tom sonrió con la comisura de la boca levantada como si estuviera de buen humor. Era tan atractivo que podría correrse con solo mirarlo.
Decidió retractarse del anterior pensamiento de que no tenían ningún parecido. Tal vez porque compartían la misma sangre, Tom estaba igual de loco que él. Si desataba su locura correctamente, podría hacer cosas tan crueles que harían llorar al mismo diablo.
Incluso fingir ser un niño cuando en realidad era un demonio.
— ¿Qué puedo hacer si me encanta tanto este lugar y no quiero dejarlo, Bill? Si no me duermo, ¿cómo vas a soportar mi polla toda la noche?.— Bill bloqueó la boca de Tom con un beso. La lengua fue empujada profundamente en la boca de Tom, quien chupo su lengua y lo hizo jadear.
— Ah, Tom, tú, tú, tan delicioso, maldita sea, ah…
— Te alimentaré todo lo que quieras.
— ¡Ahhhh!.
— Tendrás tres comidas de mi polla al día. Te haré pensar solo en mi agua blanca.
— Oh, por favor Tom. ¡Oh, ah, ah!.— Bill tembló ante el golpe en su próstata.
Tom, que empujaba contra él sin piedad mientras sostenía su cuerpo agitado, puso a Bill en la cama. Con un rostro sonrojado, Tom le metió hasta el fondo de su garganta su pene que hace unos segundos estaba en su agujero. Bill sostuvo de un bocado la longitud dentro de su boca y empezó a usar ambas manos para masturbarlo. A pesar de la ya violenta felación, Tom agarro su cabeza y hundió más profundo su pene.
Sin oponer resistencia, Bill abrió la boca. La cara enrojecida de Bill parecía estar satisfecha de poder tomar los genitales de Tom de esta forma, aún si la profundidad de la puñalada en su garganta podría hacerlo vomitar al golpear su nuez de Adán.
— Ayúdame un poco, ¿Sí?.— Bill jadeó y preguntó, pero no escuchó respuesta, así que comenzó a alcanzar su liberación sacudiendo su pene él mismo.— Hmmm, oh, umm, sí…
Tom, que estaba viendo eso, se rió. Bill retiró la mano con la que se estaba masturbando y sacó el pene que se había metido en la boca. Sus labios estaban llenos de saliva. Tom, quien recogió la saliva caída con su dedo y lo chupó, volvió a meter la polla en el agujero trasero.
Bill tembló mientras respiraba profundamente con la vista nublada. Tom lo penetró, hundiéndose con fuerza al mismo tiempo que miraba fijamente el agujero de Bill que se expandió hasta el límite.
— ¡Ah!.
Tom cubrió la boca de Bill con su mano ante el fuerte grito. Echando un vistazo a la puerta abierta, sacudió su cintura con la boca de Bill tapada. La cama fue sacudida por empujones erráticos. El grito bloqueado por el agarre fue devorado por el cuerpo de Bill.
Al mismo tiempo que Tom estalló en el interior de Bill, este también estalló con un chorro de semen de su polla rígida y erizada.
Mientras Tom intentaba sacar su pene flácido, Bill lo apretó por la cintura con las piernas.
— Dijiste que dos veces. Date prisa.— Bill, que estaba acostado en la cama, parecía un prostituto a los ojos de Tom. ¿Y si este hermoso ser humano que ahora amaba el pene de los hombres no fuera un prostituto? Estaba tan preocupado de que se haya enterado demasiado tarde de este tipo de diversión. Sería un gran problema si se volvía adicto a otra cosa.
— Billy.— Tom se rió y le susurró a Bill, quien no pudo ver su sonrisa porque estaba escondida por la sombra de la cortina.— Abre más las piernas.— Lo sedujo con una voz más tentativa que la del diablo.— Te follaré hasta que el agua blanca deje de salir de tu polla y en cambio, empiece a chorrear de tu agujero.
Bill no se dio cuenta de que el tono de voz y la atmósfera era extrañamente diferente del comportamiento y de las palabras infantiles que debía estar usando Tom. Todo lo que pudo hacer fue sollozar y temblar por el placer que se derramaba por su cuerpo.
Continúa…
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