Dulce pecado 8

Fic TWC de Nathaly Kaulitz

Capítulo 8

— ¿Te quedarás en casa hoy? Ayer dijiste que vendrías, pero al final no apareciste y las chicas se pusieron muy tristes. En un rato vamos a tener otra fiesta, así que ven, no puedes faltar a esta.

Con una voz animada, Bill atendió la llamada de Georg mientras fumaba un cigarrillo.

— Bien por ustedes. «Que se diviertan»

— Vete a la mierda, traidor.

— Encontré algo realmente divertido. Es más placentero que ir a una fiesta.

— ¿Qué? ¿Acaso ya estás saliendo con alguien?

— Oh, no es algo tan aburrido como eso.

— ¿Encontraste una pareja sexual, cierto?.

Georg siguió tratando de indagar en el asunto, sin embargo, Bill no tenía la intención de decirle la verdad. Le dio una fuerte calada al cigarrillo y sacudió la ceniza en el suelo.

— Estoy harto del sexo en estos días.

— Eso es porque empezaste tu vida sexual en la secundaria.

—Sí, no sé si es porque empecé temprano, pero ahora me parece bastante aburrido.

— Bueno, pero no vayas a estar haciendo cosas raras, sería espeluznante.

— No es nada extraño ..— Dijo Bill con el cigarrillo en la boca, se dio la vuelta y miró hacia la casa de paredes altas. Era un lugar acogedor para Tom, pero para él, solo era un edificio de gran altura y mal ventilado, no muy distinto a una prisión.

Una familia y una casa con la que no se sentía cómodo. Aunque la familia solía significar mucho para la gente común, para Bill, la expresión «una familia que es inferior a otras*» era más apropiada. Sus padres eran personas que crecieron íntegramente y obligaron a sus hijos a vivir una vida igual, por lo que no entendían ni permitían otro estilo de vida diferente al que conocían. Debido a eso, aunque la pulcra imagen de sus padres no les permitiera mostrarlo abiertamente, en realidad, habían tratado a Bill como alguien que sufría un problema mental por vivir más excéntricamente que el resto de ellos. Cada vez que eso sucedía, el corazón de Bill se enfriaba un poco más.

— ¿Alguna vez has tenido sexo con un hombre?.— Georg que se quedó sin reaccionar por un tiempo, dejó escapar un suspiro.

— Vaya, el rarito acaba de abrir los ojos.

— Hey, basta . ¿Lo has hecho?.

— Sí. Sabes que no discrimino entre hombres y mujeres.

— Bastardo, entonces cómo te atreves a decir que yo soy el raro.

— Soy de mente abierta Bill. En cambio, tú eres un tipo heterosexual que solo trata con mujeres incluso si tienes que arrancarte tu preciado pelo.

— No es verdad, yo también he tenido curiosidad por probarlo.

— No es sencillo. Tienes que prestar mucha atención a no cometer un error. No es tan fácil como tratar con una mujer.

— Como sea, ya que lo has hecho, dime cómo es.

— Hey, ¿Por qué iba a contarte mi experiencia? Averígualo tú mismo.

Bill tiró al suelo el cigarrillo que había sido consumido hasta el filtro y lo apagó.

— Vamos, déjame echar un vistazo a tu historia.

— Piérdete. Te mandaré unos enlaces para que puedas aprender por tu cuenta.

— Oye…— Sin un momento para persuadirlo, Georg colgó el teléfono.

Bill se pasó la lengua por los labios, riendo del absurdo estándar de su testarudo amigo de ‘no compartir mi promiscua vida sexual a pesar de siempre haber compartido hasta mi historia más escandalosa’.

De hecho, ya habían llegado algunos enlaces pero no quería quemar su entusiasmo académico aprendiendo con publicaciones anónimas o videos que la gente publica como reseñas.

Entró a la casa con la caja de condones metida en el bolsillo de su pantalón. Abrió la puerta principal y con pasos ligeros atravesó el jardín. Tom estaba sentado en el sofá de la espaciosa sala de estar. Se inclinó sobre la mesa y miró por la ventana hacia Bill.

— Billy.— Dijo Tom eufórico.

No sabía que una sonrisa podía ser tan bonita. Cuando decidió poner todo su empeño en esto, no imaginó que descubriría sonrisas que normalmente pasaba por alto. Bill , que estaba jugando con la caja de condones en su bolsillo, se rió como si estuviera imitando a Tom.

— Ya que aquí hay una cámara, ¿deberíamos ir a mi habitación?.— Bill agarró la mano de Tom y lo arrastró.

Al ver a Tom sonriendo alegremente sin saber lo que iba a pasar, se sintió como un niño que hacía cosas malas, así que estaba entusiasmado.

Recordó haber robado el dinero de su padre cuando estaba en la escuela secundaria, comprando cigarrillos y bebiendo alcohol con Georg. Sus compañeros de la escuela pensaban que los dos eran una mala influencia, así que deliberadamente se mantuvieron alejados de ellos con el pensamiento de evitar a «la basura» porque no se querían ensuciar y porque estaban demasiado asustados. Fue divertido en ese entonces. El descubrir cosas que otros no se atreverían a hacer era como ser alguien único. Estar siguiendo un mal camino desde una edad temprana a menudo lo hacía sentir orgulloso. Ya sea la familia de Georg o la suya, siempre que no mataran a alguien, tenían el suficiente dinero para cubrir cualquier cosa, entonces, ¿Por qué debería haber vivido estrictamente y hacer de su juventud algo aburrido?

— ¿Sabes lo que es esto?.— Pregunto Bill después de cerrar la puerta con llave, Bill sacó una pequeña caja de sus bolsillos. La mirada llena de pureza de Tom se centró en el objeto.

— ¿No son dulces?.

Por supuesto que no iba a saberlo. Bill abrió la caja y sacó uno. Abrió el plástico y sacó el condón para luego envolverlo alrededor de sus dedos. Al igual que la descripción del paquete que decía «piel ultrafina» el condón lubricado se deslizó fácilmente y se adhirió a sus dedos.

— ¿Es un globo de agua?.— Ante la respuesta de Tom, Bill solo se rió.

— No es un globo, pero se puede inflar mucho.

— Quiero soplarlo.

— Es demasiado resbaladizo para soplar. En realidad, se supone que debes ponerlo en tu cuerpo.

—¿En el cuerpo? ¿En qué parte?.

— Veamos…, ¿dónde deberíamos ponerlo?.— Bill se acercó a Tom, quién sólo parpadeó cuando le bajaron los pantalones y la ropa interior.— Esto se hincha.

Bill sonrió mientras con su dedo envuelto en el condón acariciaba levemente la suave polla de Tom.

— Tienes curiosidad por saber dónde lo voy a poner, ¿verdad? ¿Quieres que te lo diga? Directamente en tu cuerpo.

El miembro de Tom se endureció rápidamente a pesar de que el látex resbaladizo solo lo tocaba superficialmente. Tom, que no podía controlar su deseo sexual ni ante pequeñas provocaciones, asintió con fiereza..

— Quiero saber.

— Entonces quítate los pantalones y recuéstate. Lo pondré dentro.

— ¿Me lo vas a meter? ¿El tuyo va a entrar en mi? ¿Por qué?.

— Estoy haciendo algo que te hará sentir bien.

— ¿Se sentirá bien?.

— Sí. Date la vuelta y acuéstate.

Tom se dio la vuelta y se acostó tal y como le dijeron. Fue cuando Bill, que tenía una cara traviesa intentando meter un dedo entre las nalgas de Tom con un condón.

De repente, su campo de visión dió la vuelta y ahora era su cuerpo el que se encontraba boca arriba en la cama. Tom acostó a Bill en el lugar donde hace un momento estaba él y le sacó un condón de su bolsillo antes de que Bill, quien estaba enterrado en el suave edredón, pudiera entender la situación.

— Entonces, hay que ponerlo aquí..— Dijo Tom y copió lo que había hecho Bill.

Se puso de la misma manera el condón en sus dedos y bajó los pantalones y la ropa interior de Bill hasta los muslos, por debajo de sus nalgas.

— ¿Qué…?.— Sorprendido, Bill abrió mucho los ojos sin tener tiempo para decir nada. Tom estaba muy emocionado pensando que estaba jugando un nuevo juego. Tan pronto como entró el dedo índice, Bill jadeó por la extraña sensación.— ¿Qué estás haciendo?.

Tom presionó a Bill en el edredón para que no se pudiera levantar. Era una risa diferente a la de estar alegre por ir a pasear y comer churros. Era más cercana a una llena de deseo y curiosidad por explorar cosas nuevas

— Apártate Tom.

Incluso si lo empujaba con la mano, Tom no se retiró. En cambio, quitó por completo los pantalones que colgaban de la pierna de Bill y los tiró al suelo, acercándose un poco más. Bill ya no podía mirar la expresión de su hermano porque este enterró su rostro cerca de su cuello.

— ¿Solo lo pongo así? O, ¿qué más debo hacer?.

— Thomas. Sácalo.

— Pero tú me dijiste que había que ponerlo.

— ¡Nunca dije que debías ponerlo en mi!.

— ¿Por qué no? Quiero ponerlo.

— ¡¡No!!.

— Enséñame más, date prisa. ¿Sigo poniéndolo así?.— Cuando los dedos de Tom aumentaron de uno a dos, Bill se quedó helado. ¿Qué era tan divertido? Incluso empezó a mover los dedos dentro de su cuerpo, retorciéndolos en su interior. Un escalofrío le recorrió la columna.

— ¡Sácalos ahora!.— Grito Bill enojado y tan pronto, Tom se puso rígido.

Bill por un momento, estuvo confundido por este desarrollo inesperado. Su rostro se tornó rojo al darse cuenta de su situación. Había tratado de gastarle una broma a su hermano menor pero el que terminó siendo humillado fue él. Bill empujó a Tom y trató de levantarse de la cama. Sin embargo, el no retrocedió.

— ¿Hice algo mal? Solo estoy haciendo lo que tú ibas a hacer.— Dijo Tom y movió los dedos lloriqueando.— Dijiste que lo pusiera así.

— Eso ya no importa, estoy bien. No tienes que ponerlo, así que sácalo

— Billy tu me has ayudado mucho desde ayer, así que yo también quiero ayudarte.

— ¡No es necesario…!

— Yo también puedo hacerlo, Billy.

— No hace falta. ¿Cuántas veces lo tengo que…!— Quiso decir pero tan pronto como los dedos en movimiento presionaron una parte profunda, la fuerza que Bill estaba poniendo en la mandíbula para mantener apretados los dientes, se aflojó para dejar salir un débil sonido. Tom reaccionó al suave gemido que salió de la boca de su hermano mayor.

— ¿Mh? ¿Billy, se siente bien aquí?.

Fue un desastre. De alguna manera le era imposible detener a su hermano menor que estaba lleno del deseo de hacer algo por su hermano, presionando imprudentemente. Los dedos dentro del condón tocaron la próstata y la extraña sensación que experimentaba por primera vez le hizo arquear la espalda.

— Oh, jah, te dije que no lo hicieras!.— Gimió Bill.

Tom no se movió ni cuando lo agarró del hombro y lo empujó hacia atrás. Bill, que había estado haciendo una expresión de miedo mientras daba órdenes como: para, sácalo, detente, se aferró a esa expresión como si fuera mejor que mostrar su cara sonrojada.

— Es como tu dijiste, parece que te gusta. ¿Cómo te sientes?.

La cintura de Bill se movió con fuerza por sí sola. Se estaba volviendo loco. No importaba cuánto apretara los músculos de los muslos, los dedos largos y duros de Tom que estimulaban su próstata, no se detenían.

Este no era el plan. Bill quería probarlo con Tom, pero nunca imaginó llegar tan lejos. Solo quería jugar un poco con ese cuerpo que parecía maravilloso.

— Ah…— Volvió a gemir.

No tuvo tiempo para pensar profundamente. Siempre había pensado que la historia de que la estimulación de la próstata era satisfactoria más allá de la imaginación era una broma inventada en internet. Las palabras no podían describir la sensación de querer corregir lo que había entendido mal por ignorancia.

— ¡Vamos, espera, espera, Tom…. Aah!.

Se produjo un incendio dentro del cuerpo de Bill, quien jadeó fuertemente. Se congeló ante la extrañeza que estaba viviendo. Era diferente a cuando se acostaba con una mujer y el ejercía la penetración. Su clímax en esas ocasiones se sentía como una especie de liberación relajadora. Pero esto era más como un cosquilleo que se extendía por todo su cuerpo. La sensación de estar insatisfecho hizo que le pique la piel. Al contrario de otras ocasiones, no podía moverse por sí mismo, sacudiendo su pene hinchado tanto como quisiera, solo podía dejar que el calor se siga acumulando en su cuerpo.

Bill se frustró. No sabía qué hacer con esto, así que apretó los dedos de sus pies. Tomando una fina manta de algodón entre las manos.

— Ah…ah.— Bill jadeó.

Estaba cansado del extraño cosquilleo que no podía resolver. No podía sentirse satisfecho incluso si apretaba su interior, los dedos que ya habían incremento a tres no eran suficientes.

Cambio de planes. Bill decidió aceptar el acto que quería hacerle a Tom.

— No con los dedos…Ngh..— Bill torció la cintura, abrió su trasero con ambas manos y lo extendió. Mostrando a Tom un poco más el agujero donde estaba metiendo sus dedos.— Ponte el condón y entra tú mismo.

Incluso si su cuerpo no tenía ningún conocimiento sobre el sexo, parecía que no le era demasiado difícil seguir sus instintos. Tom sacó sus dedos y se bajó los pantalones junto a la ropa interior hasta los muslos.

El pene, que estaba envuelto en una mano y cuyo tamaño no se podía determinar con precisión, estaba medio erecto. Tom abrió un condón nuevo y lo puso en su polla endurecida.

¿Era posible? Si no funcionaba, podía dejarlo, darle la vuelta a Tom y continuar con el plan original.

— Billy, nunca imaginé que podría hacer algo así contigo.— La forma infantil en la que hablaba Tom desapareció momentáneamente y en su lugar, una voz desconocida de un hombre adulto se hizo presente. Tal vez era debido a la mezcla de sonidos emocionados con su respiración.

— Puedes hacerlo porque soy tu hermano mayor y te lo permito.— Dijo Bill que estaba acostumbrado a vivir adaptándose a cada situación, incluso en esta donde se encontraba tocando a su hermano menor.

Cuando sonrió pareciendo un poco loco, Tom se inclinó hacia él. Empujó su cuerpo lo suficientemente fuerte como para proyectar una sombra frente a su hermano mayor. Bill envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Tom y levantó una mano para aferrarse a la almohada. Tan pronto como relajó la tensión de su cuerpo sobre la cama, la dura polla entró abriendo su agujero empapado por el lubricante del condón.

Sabía que sería difícil aceptar algo de ese tamaño, pero fue mucho peor de lo que pensaba. Bill inclinó la cabeza hacia atrás mientras arrugaba la almohada y el edredón sin contenerse.

— ¡Ah, ah, ah, no lo metas todo de una sola vez, ah, ah!.— De repente sintió que podía entender lo difícil que era calmar a un niño pequeño y el arduo trabajo de los padres que tenían que criar a hijos desobedientes.

Aunque trató de detenerlo por un momento, Tom penetró en su cuerpo como si quisiera atravesarlo.

No pudo acostumbrarse a la extraña sensación que llenaba la parte inferior de su estómago. Tom localizó con precisión la próstata que anteriormente había descubierto con sus dedos

— Ah, ah, ah.

Tom comenzó a sacudir su cintura. La polla, que solo estaba medio erecta, se agrandaba cada vez que golpeaba el cuerpo de Bill de un lado a otro.

Bill no podía creer que había permitido ser atravesado por un pene que se expandía a cada segundo dentro de su cuerpo, y mucho menos podía creer que no se atreviera a dejarlo salir. ¿Es así como lo hacen los hombres? Era un poco injusto que solo una parte sufriera.

— Billy ¿Qué pasa? ¿es doloroso?.

Bill quería gritarle a su hermano menor: «¡Oye, veamos si no te duele si te atraviesan el trasero!» pero no pudo escupir las duras palabras cuando vio la expresión de Tom que no dudaba porque realmente creía que le gustaba.

De acuerdo a su edad mental, lo más normal sería que estuviera llorando porque hacer esto no era tan divertido como ir a un parque de diversiones, pero, ¿Por qué se veía incluso más emocionado?

Bill no quería parecer un inexperto frente a su hermano menor. Era un adulto y su orgullo no podía tolerar ser humillado así por un niño.

— Ah…dime, ¿A ti qué te parece?.— Dijo Bill que apenas podía abrir los ojos.

Cada vez que recibía una embestida, la sensación en sus órganos internos lo volvía loco. Cuando lo había penetrado con los dedos, sintió como si le estuvieran haciendo cosquillas, pero cuando empujó su polla, sentía como si un montón de fuegos artificiales explotarán en el punto más sensible dentro de su cuerpo. Estaba nervioso por esperar el petardo más grande e intenso, así que soportó la incomodidad en su cuerpo y le hizo frente a la mirada de Tom.

— Mh, Billy, me estoy divirtiendo.

— ¿Te gusta más que un parque de diversiones?.

— Ya no quiero ir al parque de diversiones. Quiero seguir haciendo esto.

— ¿Qué hay de los deliciosos churros?.

— Ugh, este lugar es más delicioso. Mmh…es tan suave… Parece un pastel de arroz.

Bill se excitó por las inocentes palabras vulgares.

¿Podría llamar a esto «compatibilidad»? Sabía que el sexo entre hombres era originalmente placentero, pero ahora mismo, su cuerpo temblaba muchísimo porque se estaba acostando con Tom.

— Dentro, ugh, hermano, está palpitando por dentro»

Bill rodeó el cuello de Tom con la mano que anteriormente sujetaba la manta. Abrazándolo, mientras Tom quien se estremeció ante la repentina acción de Bill sacudió la espalda con brusquedad.

— Ah, ah, se siente bien, ah, hmm.— Gemía Bill, cada vez que el pene de Tom lo penetraba, tocaba su próstata haciéndolo ver fuegos artificiales estallando dentro de sus ojos. La polla larga, dura, grande y gruesa estimuló la próstata sin dificultad. Cada vez, la excitación de Bill crecía y empezaba a soltar pre semen de la punta de su glande.

— Billy, ¿te gusta este lugar? ¿Mmh?.— Excitado, Tom agarró la cintura de Bill con ambas manos. Luego, como si quisiera fusionarse con su cuerpo, sacudió sus caderas como un loco.

— ¡Ah ah ah ah ah ah!.— Bill jadeó mientras abrazaba el cuello de Tom.

— Ah, ah.. Te gusta … Billy, te gusta así.

— Ngh, ah, ahí…ah, ah, se siente bien.

— Ah, Bill… es asombroso…ngh, quiere salir el agua blanca.

— Sí Tomy, ah, dejalo salir para mí.

— Oh, Bill, ah, jah!.

El cuerpo de Tom, que se había estado balanceando hacia adelante y hacia atrás lo suficientemente salvaje como para sacudir sus nalgas, golpeó la parte más profunda de Bill, este que hasta el momento solo había visto fuegos artificiales de tamaño mediano estallando desde el interior de sus párpados, se deshizo en gemidos cuando sintió como si una enorme luz hubiera explotado frente a sus ojos en ese momento.

En el punto más alto, cuando el escroto de Tom se presionó contra las nalgas de Bill lo suficientemente fuerte, el cuerpo de el, que colgaba del cuello de su hermano menor y temblaba, se hizo hacia atrás.

La polla de Bill, que solo había experimentado ser sacudida entre sus cuerpos, inmediatamente derramó semen hasta lo alto su pecho. La cabeza de Bill se quedó en blanco ante el intenso sexo que parecía exprimirlo. Bill empezó a temblar sin poder controlarse.

Tom, que exhaló bruscamente, se retiró del cuerpo de su hermano mayor. Después de quitarse el condón lleno de líquido blanco, lo tiró sin atar junto a la cama. El semen que fluyó fuera del condón empapó el suelo, pero Tom ni siquiera lo notó porque parecía estar poseído por algo. Respirando agitadamente mientras sudaba, agarró de nuevo la cintura de Bill. En el momento en que este abrió sus ojos, vió que Tom introdujo su pene de nuevo, pero está vez sin condón de por medio.

— Oh, sí ..— Gimió Bill al sentir placer al no sentir el material hecho de látex, el contacto de la carne cruda se sentía extraño, era una sensación mucho más placentera y calurosa.

Tom, que tenía muy poca paciencia al igual que un niño, empezó a sacudir el cuerpo de Bi con tanta fuerza como si su vida dependiera de ello.

— Oh, Bill, tu cuerpo me encanta…— Mirando a Tom , que estaba a punto de volverse loco por el placer, Bill le lamió la saliva de la comisura de su boca con la lengua. Sí iba a ser de esta manera, quería hacerlo hasta que se cansara. Fue la primera vez en su vida que el sexo le daba tanto placer.

— ¿Te gustaría correrte dentro de tu hermano mayor esta vez?.— Le susurro Bill y volvió a abrazar el cuello de Tom.

No fue culpa de Tom que no pudiera soportar esa pequeña provocación.

— Ah, ah…Mierda , Bill, ah…ah»

Bill estaba jadeando de felicidad bajo de Tom, quién se estaba moviendo muy rápido, vuelto completamente loco por el sexo.

Los gemidos de los dos llenaron la habitación hasta que el interior del trasero de Bill se llenó del semen de su hermano menor una vez más.

Continúa…

Gracias por la visita, te invitamos a comentar.

por Nathaly Kaulitz

Escritora del Fandom

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!