
Fic TOLL de Nathaly Kaulitz
Capítulo 21
-Tres años después-
By: Bill
Era feo, sabía feo y tenia un olor feo. Las pizzas no son mi fuerte y aunque solía prepararlas con mi familia casi todos los fines de semana, nunca logré tener aquel don de mi madre. Y ese es el pensamiento que me hace reír en auténticas carcajadas.
Pero se que no importa que tan feo o asqueroso me salga la comida que preparo Ilian siempre come mi comida con una sonrisa y simula deleitarse sin importar que los demás literalmente la escupan en el plato.
— Por favor dime que no me obligaras a comer eso. — Cristina entró cargando una bandeja con galletas, su única habilidad son las galletas de chocolate. — Me hubieras dicho que tu serías hoy el chef y hubiera traído mi propia comida.
— Tía no seas mala.— Rebeca entró riendo vistiendo con su uniforme de señorita que tan lindo le quedaba, nos sonrió dulcemente y regaló un beso.
— ¡Mi princesa cumple 16 añitos ! Dime cariño en que momento creciste tanto.— Cristina la abrazó fuertemente y comenzó a repartirle besos.
— Ya, Ya, Ya la vas a matar de asfixia.— La libere de sus brazos y le sonreí dulcemente y bese con cariño su frente.— Tu tía tiene razón cariño en que momento creciste tanto Y te volviste tan hermosa.
— Gracias Bill. — Me abrazó suavemente y el dulce olor de su perfume me llegó a la nariz
¿En qué momento creció y se volvió tan bella ?. Es lo que me pregunté mientras la abrazaba. Rebeca creció para convertirse en una hermosa y refinada señorita de clase. Aunque su padre siempre hiciera lo imposible para apartarla de nosotros y aislarla en una jaula de oro nuestra abuela siempre conseguía frenarlo, porque Rebeca era parte esencial de nuestras vidas .
Y ella sin nosotros tampoco sería la misma, porque no importará cuanto su padre la llenará de riquezas y lujos siempre estaba lejos y ausente, volviendo la vida de ella solitaria y oscura. Un padre que deseaba tenerla tanto a su lado que al tenerla en frente tomaba una actitud fría y demandante hacia su única hija.
Rebeca se volvería un ángel sin alma.
— Intenté hacer pizza pero como ves no salió del todo bien que digamos.— Mire hacia la cosa semi cruda que estaba en la mesa, tantos esfuerzos y horas tirados a la borda.
— No arruinó la torta porque la compro. — Río Cristina mientras bebía de su escoses.
— No importa lo que cuenta es la intención.— Me sonrió Rebeca.— Me voy a saludar a los demás y después vuelvo.
— ¡Ponte el vestido que deje por favor no quiero que arruines tu uniforme!.— Le grite mientras la observaba irse hacia afuera .
—¡Si!.— Me grito alejándose por las plantaciones de uva.
— ¿Y aún tienes dudas?. — La voz de Cristina me trajo de nuevo a la realidad.
—¿De qué hablas?. — Comencé a lavar las cosas intentando esquivar el tema que se que traería de nuevo.
— Tu sabes de que hablo Bill.— Se apoyó en la mesada y me miro. — No te sigas culpando más cariño.
— Yo … yo tengo miedo y si no soy buen padre y si no puedo mirarlo sin recordarme lo que perdí.
— Estas listo cariño solo tienes que vencer este miedo. — Dejo su vaso a un costado y tomo mis manos mojadas.— Date esta oportunidad por qué solo tendrás una.
— ¿Y si no funciona?.
— Funcionará solo ten fe, fe en ti.
Nos abrazamos mientras algunas lagrimas escapaban de mis ojos, solo una oportunidad. Quien iba a pensar que Dios me daría una oportunidad.
— Ya ya dejemos esta cursilería y vamos a poner la mesa.— Se limpió el rostro y partió la pizza para comenzar a colocarlas en un plato .
— ¿Cariño estas aquí?.— Ilian entro y me regaló una sonrisa. — Aquí estas.— Me tomo de la cintura y choco sus suaves labios con los míos.
Siempre es dulce besarlo, sus labios son sabor a frambuesa y su color es rojo. Me levanto y me coloco en la encimera.
— Es una pesadilla estar sin ti, te necesito. — Sus besos en mi cuello arrancaron una risa de mi, quite su sombrero y peine su suave cabello rubio.
— ¡Vayan a una habitación que hay invitados!. — Cristina desapareció y se escuchó la puerta del fondo ser cerrada.
— Por fin solos.— Sus manos fueron hacia bajo de mi camisa.
— Aquí no.— Susurró sintiendo sus manos acariciar mi estómago y subir asta mi pecho, con dulces caricias, fue dejando besos húmedos por mi cuello que bajaron asta tocar mis pezones que chupo a través de la camiseta.
— Ilan..Por favor. — Roge.— No, aquí no y tampoco ahora.— Me aleje de sus labios, y su rostro se mostraba resignado pero solo duro un momento antes de sonreirme.
Ilan Ainsworth es tan adorable pero a la vez atractivo, su cabello rubio como el oro es lo que le da aquel toque tierno pero sus ojos verdes son la mirada sensual que te invitan a todo tipo de cosas obscenas.
Posee un cuerpo perfectamente delgado y fibroso. Pero no es lo físico que me hizo amarlo es su forma de ser, tan despreocupado y feliz, tan amable y jovial, tan dispuesto a hacer mi vida un verdadero cuento de hadas. El es simplemente perfecto.
— ¿Que preparaste para nuestra pequeña sobrina?.
— Que no te escuche decirle pequeña, se considera toda una adulta.
— Oh no es mi pequeño angelito y lo será incluso cuando sea grande.— Ilian fruncia el ceño molesto por saber que nuestra pequeña crecía al paso del tiempo. — Yo ya le envolví su regalo.
— Por favor dime que no es una muñeca.
— Oh claro que es una maldita muñeca. — Me beso en los labios y tomo su sombrero de vaquero para colocarselo.
— ¡Bebé del tio, ven que te tengo un regalo!.
Se alejo riendo y poco tiempo después pude escuchar las protestas de Rebeca y la risa de los demás.
Suspire feliz y tome la jarra de vidrio y dos vasos, el plasma estaba a todo volumen cuando crucé la sala y mi sonrisa se esfumó al escuchar algo que emitían.
— ¡Tom Kaulitz llegó a las finales de la WBA! el chico con veintiséis años se volvió una leyenda en las ligas mundiales del boxeo. Muy pronto lo estaremos viendo en Rusia con su prometida Heidi Klum y su hijo Ethan Thomas Kaulitz.
Todo transcurrió como si fuera una película de terror, casi con medio cuerpo volteó a observar hacia la pantalla y entonces ahi esta.
Su piel ya no era del todo bronceada sino oscura por los tatuajes que lo cubrían, tatuajes oscuros.
Si pelo era largo tomado en una coleta medio alta ya no había rastro de aquellas trenzas oscuras que siempre le acariciaba hasta que se dormía. Tenia barba, una larga, algo que nunca me gustó porque le endurecía el rostro y tapaba aquellas mejillas que me gustaba besar y morder.
Su brillo de locura en aquellos ojos ya no estaban, no, su sonrisa presumida se había esfumado y todo lo que queda de su rostro era un expresión sería, oscura.
La jarra cayó junto con los vasos y estallaron en mil pedazos.
Abrazaba a una hermosa chica de intenso cabello rubio y unos hermosos ojos cafes. En medio de ellos estaba un niño de seis años que aunque no sonreía se lo podía ver feliz. Parecían una familia feliz, ¡NO!, ellos eran una perfecta familia feliz.
— ¿Bill cariño que sucede?.
Caí de rodillas y recibí gustosamente el dolor de los vidrios perforado mi piel. No se como salio de la cárcel, no sé como hizo para llegar hasta donde llegó, pero lo hizo. El paso de página y formó una familia como yo siempre desee sin embargo duele tanto que lo único que quiero hacer es gritar de dolor y rabia.
— Bill levántate estás sangrando.
— Bill cariño que haces.
Alguien me quiso levantar pero me zafé y seguí observando hasta que se detuvieron en una foto de el hincado de rodillas pidiéndole matrimonio a la hermosa mujer que es su prometida y madre de su hijo .
— BILL BASTA. — Grito alguien pero yo lo hice más fuerte.
— EL ES MÍO, EL ES MÍO, SÓLO MIO.— No sabía a quien golpeaba solo lo hacia, golpeaba con todas mis fuerzas. — MÍO, MÍO.
El pinchazo en mi brazo me fue adormeciendo y después deje de sentir.
&
— ¿Me puedes decir que esta sucediendo?.— Ilian tomo mis manos y las beso. — Dime que esta mal
«Dime cuál es el problema que yo lo solucionare » . — Mis ojos se cerraron al escuchar su voz en mi cabeza.
— Estoy listo Ilian.— Se subió a la cama y tomo mi rostro entre sus manos.
— ¿De que hablas Bill?
— Que estoy listo, vamos a intentarlo.
— Pero tu dijiste. — Se calló y me miro buscando respuestas. — Te esperaré cuando el tiempo sea el indicado.
«Haría cualquier cosa por ti Bill»
— Esta es la única oportunidad que tengo de poder concebir un hijo.— Bese sus labios y le sonreí mientras lloraba, el también sonrió y nunca se le pasó por la cabeza que estas lagrimas mías eran por un corazón roto. — Quizás funcione o quizás no pero quiero intentarlo.
— Tengo fe que si, yo se que si, tendremos un bebé cariño ya lo verás. — Se rió y me abrazó fuertemente . — Te amo Bill.
«Te amo demasiado Bill Trumper, daría mi por ti». — Su voz. Su voz y aquellas palabras se repiten una y otra vez.
— Yo también te amo.
Tengo que escapar de ti Tom.
Continúa…
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