
Fic slash de lyra
Capítulo 20
Me despedí de Tom con un gesto de la mano, estaba algo ocupado y no quería molestarlo. De Georg y Gustav no tenía noticia, estarían por ahí perdidos cada uno con una chica…
Di media vuelta y localicé a Dylan. Estaba ya en la puerta y me dirigí hacia ella sorteando cada chica que se me cruzaba y se insinuara. Me debían de confundir con Tom, yo no era como él. No podía llevarme una chica al hotel para luego no volverla a ver. Siempre dije que me reservaba para el amor verdadero… Y lo había encontrado desde hacía tiempo.
Negué sonriendo cada ofrecimiento sintiendo mucho defraudarlas. Conseguí salí de la fiesta y subí al coche en el que ya estaba Dylan. Regresamos al hotel en silencio, y una vez allí nos dirigimos a mi habitación sin dejar de mirar por encima del hombro.
Pero una vez que cerramos la puerta, nos fundimos en un profundo beso mientras nos desanudábamos el uno al otro camino de la cama. Caímos sobre ella llevando solo los bóxers. Tumbado de espaldas, Dylan me hizo recostarme sobre su cuerpo sin dejar de pasarme las manos por la espalda yendo más abajo.
Yo le dejaba al tiempo que separaba los labios y jadeaba. Hubo un momento en que pensé que se había acabado lo nuestro, pero ahora que estaba medio desnudo sobre su cuerpo dejé atrás cualquier rastro de miedo y me entregué por completo.
Comencé a besarle al tiempo que me frotaba contra su miembro, gimiendo descontroladamente al sentirle entrar en mi cuerpo con dos dedos. Nuestras respiraciones se agitaron al tiempo que acelerábamos el ritmo, y antes de derramarnos en nuestra ropa interior, rodamos por la cama invirtiendo las posiciones.
Quedé bajo su cuerpo, alzando las caderas para que me desnudara, sonriendo al ver que él se despojaba de sus boxers y los lanzaba fuera de la cama. Separé las piernas y Dylan se acomodó entre ellas. Nos miramos a los ojos con firmeza y en unos minutos mi habitación se llenó de nuestros gemidos y suspiros, incluso de algún pequeño grito que dejé escapar cuando le sentí penetrarme.
Llevaba unos días sin hacerlo, y aunque Dylan me había preparado antes sentí una pequeña punzada dolorosa.
—Lo siento…—susurró Dylan contra mis labios.
—No pasa nada…pero no dejes de moverte….—gemí desesperado.
Le sentí sonreír contra mis labios y empezar a embestirme suavemente, hasta que me adapté a su miembro y marqué el ritmo yo mismo. Puse las manos en la parte baja de la espalda de Dylan y le empujaba contra mí cuando le sentía a punto de salir.
Estábamos a punto de terminar, Dylan llevó una mano a mi miembro y me hizo terminar a mí primero, derramándose dentro de mí antes de que mi cuerpo se resintiera.
Nos quedamos unos minutos en silencio, roto solo por nuestros jadeos. Cuando pudimos movernos, Dylan salió de mi cuerpo y nos metimos bajo las sábanas. Pero no nos acomodamos para dormir, nos pusimos de costado para hablar de algo que me tenía realmente preocupado…
—Bill, ya sabes que hay tiempo—empezó a decir Dylan—La gente no tiene que saber que estás conmigo, puedo esperar a que estés preparado para contarlo.
—No sé cuándo lo estaré—susurré suspirando—Ya me costó lo suyo decírselo a mis padres. Con Tom fue distinto, estamos muy unidos y a veces no hacen falta las palabras. Él lo supo desde el primer día y me dio su apoyo cada vez que comía la cabeza con lo mismo…
Dylan esperó a que siguiera hablando mientras me quitaba el pelo de la cara con una mano.
—Mostrar el mundo tu verdadera personalidad—murmuró suspirando Dylan.
—No puedo pasarme toda la vida escondido, eso ya lo sé. No puedo pasarme solo toda la vida por miedo a lo que siento en estos momentos—susurré acercándome a Dylan.
— ¿Qué es lo que sientes?—preguntó Dylan conteniendo el aliento.
—Que te amo con toda mi alma, pero…—empecé a decir.
—No te voy a obligar ni nada parecido. Cuando estés preparado, podremos caminar por la calle cogidos de la mano—terminó mi frase Dylan—Mientras tanto…podemos amarnos a escondidas…bajo las sábanas…
Tras decir esas palabras, levantó un brazo e hizo que nos cubriera la sábana de mi cama. Me arrebujé riendo bajo ella al tiempo que Dylan me atraía a sus brazos apoderándose de mis labios. Dormimos esa noche los dos bien juntos, escondidos de un mundo que era ajeno de ese gran amor que estaba creciendo…
.
Al día siguiente me despedí de Dylan con pesar. Eran las 7 de la mañana y tenía que volver al apartamento y prepararme para salir de viaje de nuevo. Teníamos programados una serie de conciertos antes de empezar la gira, no sabía cómo iba a poder soportar pasar tanto tiempo alejado de Dylan…
—Llámame cuando te sientas triste—dijo Dylan como si me hubiera leído el pensamiento.
Nos encontrábamos vistiéndonos en mi habitación, habíamos hecho el amor por última vez y nos había costado abandonar la cama. Me vestí con rapidez y guardé la ropa que había llevado la noche anterior en mi gran maleta con cuidado de no arrugarla.
Entré en el baño y abrí mi neceser. Me aplicaría un suave maquillaje, sabía que habría algún grupo de fans en la puerta del hotel y querrían sacarnos alguna foto al grupo. Mientras me cubría mis castaños ojos con una sombra azulada, vi por el espejo a Dylan. Estaba apoyado en el marco de la puerta y me observaba con los brazos cruzados y una amplia sonrisa en los labios.
— ¿Qué?—pregunté algo cortado.
Le vi encogerse de hombros y separarse de la puerta. Al segundo me estaba abrazando por la espalda y enterrando la cara en la curva de mi cuello y dejándome en el unos húmedos y calientes besos. Separé los labios sonriendo al tiempo que dejaba escapar unos gemidos incontrolados…
— ¿Te importa si te dejo mi marca?—preguntó Dylan entre risas.
—Me encantaría llevarla—contesté sin pensármelo.
Cerré los ojos y me apoyé en el lavabo con las dos manos al sentir la lengua de Dylan acariciar mi piel despacio, como sus labios se cerraron en torno a un trocito de mi cuello y empezó a succionar despacio…miles de escalofríos recorrían mi cuerpo, haciéndome estremecer entre sus brazos…
Solo nos separamos cuando escuchamos que llamaban a la puerta. Dylan me soltó suspirando y maldiciendo por lo bajo, la hora de la despedida había llegado…
— ¿Bill?
—Es Tom—contesté suspirando.
Dylan asintió y salió del baño dejando que terminara de maquillarme. Abrió la puerta a Tom y le escuché saludarle algo cortado.
—Está en el baño—le explicó señalándolo con la mano.
Al poco era Tom el que se asomaba por la puerta y me sonreía.
—David nos reclama—me explicó resoplando—Dice que siente mucho tener que… molestarte, pero que no quiere pillar atasco.
—Estaré listo en 5 minutos—murmuré yo también resoplando.
Terminé de maquillar mis ojos y me apliqué cacao a los labios. Guardé todo en el neceser y salí del baño con el de la mano. Lo metí en mi maleta, que descansaba sobre la deshecha cama. Alcé la mirada y miré a Tom, se le veía algo cortado al ver el estado de mi habitación, la cama sin hacer y las sábanas por el suelo tiradas…parecía que había pasado un huracán y el ojo había sido mi cama…
—Yo también me tengo que ir, me da tiempo a darme una ducha rápida—explicó Dylan cogiendo su cazadora—Tengo que estar a las 8 y media dando órdenes a los obreros.
—El escenario es precioso—admitió Tom—Va a ser una pasada actuar en el.
Sabiendo que querríamos un minuto de intimidad para despedirnos, se adelantó y se despidió de Dylan estrechando su mano.
—Nos vemos en Alemania—dijo Dylan.
Tom asintió y me dijo que me esperaba en el pasillo al tiempo que cargaba con mi maleta. Yo cogí la cazadora que ya había dejado preparada y una vez a solas en la habitación Dylan me ayudó a ponérmela.
—Abrígate, hace frío a estas horas—me aconsejó.
Asentí y cogí mi bufanda gris, regalo de Tom de las pasadas navidades. Dylan me ayudó de nuevo con ella sin poder evitar esbozar una sonrisa.
— ¿Qué?—pregunté alzando una ceja.
—Así no se verán mis besos—murmuró Dylan señalando mi cuello.
Sonreí yo también y sabiendo que había llegado el momento de separarnos, nos fundimos en un profundo beso.
Salimos de la habitación y Dylan nos acompañó hasta el ascensor. Tom entró primero y viendo que no había nadie nos dimos el último beso. Las puertas se cerraron y me quedé a solas con Tom…suspirando…
—Venga, que cuando te quieras dar cuenta le tienes en Alemania de vuelta—me trató de animar Tom.
—Y luego yo me iré de gira por medio mundo—me lamenté.
Tom suspiró resignado, era difícil mantener una relación estando casi todo el tiempo viajando. Salimos del ascensor y nos reunimos con nuestros compañeros, David dio el visto bueno y salimos del hotel para atender a las fans que nos esperaban. Estuvimos 10 minutos firmando autógrafos y dejándonos fotografiar, hasta que David nos hizo una señal y nos despedimos de ellas.
Subimos al autobús y pusimos rumbo a Alemania. Me sentía mal y con ganas de llorar, subí al piso superior y Tom me siguió. Los demás se quedaron abajo, sabían que estaría triste por tener que haberme separado de Dylan.
Me tumbé en mi cama boca abajo tras quitarme la cazadora y la bufanda. Al momento sentí que Tom se sentaba en la cama y me pasaba las manos por la espalda.
—Vamos, que no es el fin del mundo—me trató de animar.
Alcé la cara esbozando una sonrisa con esfuerzo. Tenía razón, al menos Dylan y yo habíamos vuelto y serían solo un par de días…
— ¿Qué tienes en el cuello…?—empezó a decir Tom señalándolo con un dedo.
Se dio cuenta de lo que era al tiempo que lo preguntaba, se sonrojó hasta las orejas y me pidió perdón en voz baja.
— ¿Tanto se me nota?—pregunté en un susurro.
—Se te habrá quitado de aquí a la próxima sesión de fotos—dijo Tom con firmeza—Duerme un poco, no llegaremos a casa hasta la hora de comer.
Se levantó y me tapó con la manta que tenía a los pies. Se inclinó y se despidió de mí con un beso en la mejilla, deseándome dulces sueños.
Cerré los ojos una vez a solas, tratado de dormir recordando esa magnífica noche que había pasado entre los brazos de Dylan, contando los minutos que faltaban para que se volviera a repetir….
Continúa…
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