
Fic TOLL de lyra
Capítulo 20
Al día siguiente Bill se levantó con la firme idea de no dejar pasar más tiempo sin aclarar las cosas con Tom. No podían seguir así, estaba claro que había algo muy fuerte entre los dos y la espera les estaba matando.
Se dio una ducha rápida y por una vez se arregló con esmero para ir a trabajar. Se alisó el pelo y se atrevió a aplicarse un ligero maquillaje que cubriera esas ojeras. También se dio brillo a los labios, sonriendo al espejo. Tom caería rendido a sus pies nada más verlo.
Decidió ir andando a comisaría, Georg tardaba en desayunar y Gustav hablaba por teléfono. Quería un tiempo a solas para poner en orden sus pensamientos, buscar las palabras necesarias para pedirle a Tom una cita y poder tener así tiempo para los dos para hablar de esos sentimientos que les estaban comiendo por dentro.
Llegó con el tiempo suficiente para cambiarse y tomarse un café en la cocina de la comisaría. Desde allí podía vigilar el momento exacto que Tom entrara y correría a por él, claro que no esperaba que Oliver le acompañara. Se les veía muy serio, y algo le decía que tenía que dejar esa conversación para más adelante.
Salió de la cocina y fue a la sala de reuniones, donde se encontró con Georg y Gustav. Tomó asiento a su lado y una vez llegaron todos sus compañeros de ese turno Oliver empezó a repartir tareas.
Georg se quedaría en comisaría, le habían asignado estar en calabozos, donde se encargaría de los detenidos que les llevarían sus compañeros. Tomaría sus huellas y tras pedirles que vaciaran sus bolsillos les metería en sus correspondiente celda.
Por suerte a Bill le tocó patrullar, quería salir de comisaría y Gustav fue su compañero de ese turno.
—Eso es todo chicos, salid y ya sabéis, servir y proteger—dijo Oliver a modo de despedida.
Todos se pusieron en pie, Bill buscó a Tom con la mirada extrañado de no verlo en la reunión. Pero antes de que pudiera preguntar por él Georg le dio la respuesta que buscaba.
—No voy a parar en calabozos en toda la mañana—explicó resoplando—Están hasta arriba por los detenidos de la pelea de anoche, el inspector Kaulitz está liado con los interrogatorios ya que fue él quien estuvo ayer al cargo. Hoy nos espera un turno largo.
— ¡Suerte!—le deseó Gustav sonriendo.
Bill y él se dirigieron al parking donde subieron al coche que les había tocado esa mañana. Gustav conducía, Bill estaba algo distraído.
Por suerte no tuvieron mucho trabajo, solo separaron a dos hombres que se estaban peleando en plena calle por una tonta confusión. Les separaron y en vista que no se ponían de acuerdo les amenazaron con llevarlos a comisaria a pasar unas horas entre rejas. Eso bastó para que uno de ellos reconociera que la culpa había sido suya y todo terminó con un apretón de manos entre los dos.
Regresaron al coche y viendo que no había mucho movimiento pensaron en ir a tomar un ligero almuerzo. Pero una llamada de radio les estropeó los planes.
—«A todas las unidades, se necesitan refuerzos en la galería de arte Soma, se han escuchados disparos. Se está procediendo a su evacuación»
Enseguida Gustav accionó la sirena mientras que Bill contestaba por radio que se encontraban cerca y llegarían de los primeros.
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Cuando llegaron se encontraron con otro coche patrulla. De el salió un Tom muy serio, llevaba puesto su chaleco anti balas y ya tenía la pistola en la mano.
—Schafer, Trümper, entrad por detrás—les ordenó.
Los aludidos asintieron con la cabeza, desenfundaron sus armas y dieron la vuelta a la galería. Una de las puertas de emergencias se hallaba abierta, nada más escucharse los disparos los empleados de la galería habían puesto en marcha el plan de evacuación y abrieron las puertas de emergencias por donde salieron muchas de las personas que habían ido ese día a la galería.
Bill y Gustav entraron y comprobaron que se hallaban en una amplia sala. No quedaba nadie, escuchaban unos gritos lejanos y de repente una puerta que se cerraba de golpe.
—A la derecha, creo que por ahí se va al sótano—murmuró Gustav.
Bill asintió y llevándose una mano al hombro, apretó el intercomunicador de su radio.
—Aquí Trümper, bajamos al sótano—susurró a sus compañeros.
—Echad un vistazo con mucho cuidado—ordenó Tom—Esperad refuerzos.
—Entendido—dijo Bill mordiéndose los labios.
Se pusieron en marcha, corrieron por la sala y llegaron a una puerta donde un cartel prohibía el paso. La abrieron con cuidado de no hacer ruido y fueron a dar a un pasillo. Lo recorrieron en silencio, hasta que el pasillo se dividió en dos.
—Ve por la derecha, yo por la izquierda—susurró Gustav.
—Tom ha dicho que esperemos refuerzos—recordó Bill.
—Y también que echemos un vistazo—apuntó Gustav—No sabemos si hay algun rehén, o alguien que se haya escondido por aquí tratando de huir.
Bill sabía que tenía razón. Tenían que pensar en evitar posibles víctimas inocentes. Se separó de Gustav y recorrió el pasillo que le había asignado. Estaba muy oscuro para su gusto, no podía evitar respirar agitadamente.
Siguió caminando hasta que unos sollozos le llamaron la atención. Se concentró en ellos y al poco se encontró con una pareja de adolescentes agazapados en el suelo llorando sin poder evitarlo.
—Tranquilos, ya estáis a salvo—susurró Bill agachandose a su lado— ¿Habéis visto algo?
—Un hombre armado—explicó el chico—Se ha puesto a pegar tiros al aire. Mi hermana y yo echamos a correr por la primera puerta que vimos, creo que nos iba siguiendo.
—El pasillo se ha dividido en dos, mi compañero está tras él—explicó Bill—Poneos en pie, os ayudaré a salir.
Los chicos obedecieron con miedo, fueron tras Bill y recorrieron de nuevo el largo pasillo hasta la gran sala en donde se encontró con Tom.
—Estos chicos estaban escondidos—explicó Bill por encima—Hay un hombre armado, el pasillo se dividió en dos y Gustav ha ido tras el.
Tom asintió y tras pedir a un compañero que se llevara a los hermanos, se dirigió a Bill.
—Vamos por él, ¿de acuerdo?
Bill asintió con la cabeza y entró de nuevo en el pasillo. Tom iba delante, pronto llegaron a una puerta que se encontraba entre abierta. Antes de atravesarla escucharon un disparo que los hizo pegar un bote.
Tom no se lo pensó dos veces y abrió la puerta de golpe, alcanzando a ver otra puerta que se cerraba al fondo de la sala.
Y no fue lo único que vio, tirado en el suelo se encontraba Gustav. Fue corriendo seguido de Bill, agachándose los dos ante su compañero.
— ¡Gustav!—llamó Bill con voz temblorosa.
Tom le dio la vuelta con cuidado, Gustav estaba inconsciente y empezó a palpar su chaleco antibalas, respirando aliviado al notar una bala incrustada en el.
—Está bien, se ha desmayado por el impacto—explicó Tom suspirando aliviado—Quédate con él.
No le dio tiempo a replicar, se puso en pie y echó a correr mientras informaba por radio que iba en busca de un hombre armado y que enviaran un equipo médico, que había un agente herido.
Bill se quedó a solas con Gustav, quien poco a poco fue recuperando el conocimiento.
—Estás bien, el chaleco paró la bala—explicó Bill agachado a su lado—No te muevas y trata de respirar.
Gustav asintió con la cabeza entre jadeos, sentía que le ardía el pecho.
Entonces escucharon otro disparo que hizo que Bill se pusiera en pie sujetando la pistola con ambas manos.
—Bill, ten mucho cuidado—susurró Gustav desde el suelo—Ha disparado a un policía, está acabado.
Bill asintió en silencio sin dejar de apuntar la puerta por donde había desaparecido Tom, rezando para que el disparo que había odio fuera el de Tom contra el sospechoso. No quería pensar en que fuera al revés y le hubiera pasado algo malo a Tom.
No podía evitar respirar agitadamente, atento a los ruidos que escuchaba. Alguien se acercaba corriendo, y supo con certeza que no era Tom.
Se tragó las lágrimas que sentía escocer en sus ojos y nada más ver que se abría la puerta apretó con más fuerza la pistola.
— ¡Policía, quieto!—gritó sin que la voz le fallase—Tire el arma y no se mueva.
El sospechoso se quedó parado al verlo, en una de sus manos llevaba una pistola. Miró fijamente a Bill, quien no parecía dudar de sus movimientos.
—Tire el arma, ¡ahora!—gritó Bill de nuevo.
Entonces el sospechoso se movió con rapidez y en vez de tirarla levantó la mano y apuntó a Bill con ella.
Sonaron tres disparos y el ruido de un cuerpo al caer. Luego, solo hubo un tenso silencio…
Continúa…
Gracias por leer.