
Fic original de JasonPeace. Traducido por lunallena
Capítulo 1
— ¡Feliz cumpleaños a ti, Feliz cumpleaños Bill y Tom! —Todos coreaban la canción hasta que llegó al final.
Bill sonrió y aplaudió contento después de que él y Tom soplaran las velas. Finalmente tenían 18. Finalmente eran libres. Aunque, en el momento se sentían más atrapados que nunca. Observó distraído como todos sus amigos y familia se movían hacia su hermano quién abría los regalos. Intentó lo mejor que pudo para lucir entusiasmado y alegre como siempre, pero últimamente había estado teniendo problemas en ese departamento. Había estado esperando entusiasta su cumpleaños número 18 por tanto tiempo y ahora de que finalmente sucedía, podía apenas creer que tan crecido se sentía. Sus amigos y familiares habían hecho su mejor esfuerzo para darle a él ya Tom un cumpleaños inolvidable. Todo era como soñó que sería. Excepto por una cosa.
— ¡Vamos Bill! —Andreas gritó. Él y Tom estaban listos para festejar en una noche loca, finalmente capaces de beber legalmente (no es que eso los haya detenido de no beber antes) pero Bill no estaba de ánimos.
—Estoy cansado, hemos estado trabando mucho últimamente, ustedes muchachos adelántense —Bill sonrió débilmente.
Tom lo miró como si fuera a abofetearlo —Bromeas ¿cierto? ¿Cansado? ¿Qué te ha estado pasando últimamente? Solo ponte algo de maquillaje o lo que sea ¡y vamos!
Bill suspiró, realmente no quería que Tom supiera lo que realmente sucedía, así que después de una rápida mirada en el espejo estaba listo para ir.
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Tom suspiró en sus adentros, había estado tan esperanzado que Bill estaría un poco más contento hoy, era su cumpleaños después de todo y Bill había estado tan entusiasmado por eso. Por supuesto, él también, pero no tanto como Bill. Desde que Tom Podía recordar, Bill tiraba frases como “cuando tengamos finalmente 18 haremos…” y hace poco se hizo un tatuaje que decía “Freiheit 89”. Pero hoy, justo como los pasados días de la semana, Bill parecía ido y reservado. Tom estaba preocupado, no era de Bill fingir estar feliz en la presencia de Tom, de otra gente seguro, pero cada vez que algo le molestaba a Bill, Tom era el primero en saber qué era. Compartían todo y no se guardaban secretos de otro, así que le preocupaba que Bill le ocultara algo. No era como su adorable y extrovertido hermano, quién usualmente gritaba sus sentimientos para que el mundo lo oyera. Tom generalmente era el introvertido quién prefería mantener las cosas para sí, por supuesto no de Bill, Bill sabía todo de él. Bueno, todo excepto por esa única cosa. Incluso sabía que Tom a veces, raramente pero aun así, disfrutaba de la compañía de otro hombre en su habitación. Ni siquiera Georg o Gustav lo sabían, pero Bill lo aceptaba. Nunca lo juzgó o nunca le cuestionó. Por supuesto, a veces peleaban como perros y gatos, pero al final del día, siempre se aceptaban el uno con el otro. Esa era su increíble fuerza. Es por eso que Tom estaba un poco ofendido y resentido por el hecho de que Bill no confiara en él lo suficiente para compartir lo que sea que estaba molestándole tanto.
Las semanas pasadas, Tom comenzó a tener la impresión que todo el tema de la fama se estaba volviendo demasiado para su pequeño hermano y estaba comenzando a romper la baja presión sobre ellos.
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Bill se sentía como un fantasma en un bar, todos alrededor de él eran ruidosos, bebiendo y gritando, y la música sonaba con un fuerte volumen. Observó a Tom en una esquina besándose con una chica que había encontrado aleatoriamente. Y ahí estaba otra vez, esa raro, espantoso sentimiento que no podía reconocer. Bill se sentó en la esquina de su cabina sujetando la misma bebida que había ordenado hace una hora, mirando a Tom y a la chica. Si no estuviera tan melancólico estaría preocupado que alguien pudiera verlo observando. Decidió ordenar otra bebida, algo más fuerte esta vez, esperando que ese pesado sentimiento en su pecho se fuera.
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Tom besó a la muchacha con desanimo, quién le lanzó una mirada. Era un tanto hermosa, cabello castaño y ondulado, pestañas largar. En otra noche, ella hubiera sido el regalo de cumpleaños perfecto para él, pero esta noche no podía enfocarse realmente porque no podía dejar de pensar en el comportamiento de Bill. Le preocupaba sin fin. Bill aún estaba sentado en la mesa con la misma bebida de hace una hora, luciendo perdido y solo. A veces Tom deseaba que su gemelo fuera más como él. Distraído y que nada le importara. No es que fuera así verdaderamente, a Tom le importaba y mucho, especialmente sobre sus amigos y familiares, e incluso más sobre Bill. Pero a veces, solo era más fácil pretender que no importaba.
— ¿Por qué no vamos a tu cuarto de hotel? —La castaña preguntó tímidamente, moviendo sus largas pestañas. Tom decidió colocar a Bill y sus problemas fuera de su mente por ahora. Era su cumpleaños y tenía todas las intenciones para tener una noche divertida.
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La mesera vino con la bebida de Bill y le sonrió seductoramente —Si hay algo más que puedo hacer por ti, déjamelo saber.
Bill sonrió educado, distraídamente pensando “podrías remover la lengua de esa chica lejos de la garganta de Tom” .Mentalmente se abofeteó. ¿Qué le importaba con quién Tom se besaba? Nunca le molestó antes. Hasta esa noche, claro. Esa noche cuando su mundo entero se hizo añicos. Bill miró en un punto fijo a la nada, recordando esa noche. La simple memoria hizo que su corazón latiera con fuerza.
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Hace 9 semanas
— ¡Bill!
Bill se giró, había estado sentado en la barra aislado bebiendo algún cóctel de frutas cuando Tom llegó a él. A su lado estaba un joven bastante guapo, quizá un poco mayor que Tom. Tenía cabello negro, casi como el de Bill y lucía un poco nervioso.
—Este es Warren —Tom le dio a Bill una sonrisa juguetona, lo que le decía a Bill todo lo que necesitaba saber —Vamos a pasar el rato y quizá jugar algunos videojuegos en el búngalo de Warren —La sonrisa pícara de Tom fue suficiente para que Bill supiera que jugar videojuegos era la última cosa que harían. Bill asintió y al observar que ambos se iban juntos, Bill decidió irse también. No quería sentarse por ahí en el bar solo, parecía patético. A veces deseaba que elegir a un extraño fuera tan fácil como él como lo era para Tom. Entonces recordó que en realidad no quería elegir a ningún extraño. A veces envidiaba a Tom porque nada le importaba, incluso si lo consideraba totalmente mal.
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Tom empujó su lengua dentro de los tímidos labios de Warren, dejando de lado el par de años mayor que Tom, Warren era tímido e inexperimentado. A Tom le gustaba eso, se aseguraría de tomarse su tiempo con este. Estaban fuera del búngalo de Warren, la cálida brisa del mar rozaba a través de las rastas de Tom. Amaba las Maldivas. Warren tomó su mano y lo guio unos pasos dentro del búngalo, el cual lucía como el que Bill y Tom compartían.
Se besaron de camino a la habitación de Warren. Una vez en la cama, Warren comenzó a buscar algo torpemente en la mesa de noche. De pronto sacó unas esposas y una venda, dejando a Tom perplejo en el momento. Bueno, eso era un nuevo cambio de eventos.
Warren se sonrojó. —Quiero que ve me vendes los ojos —Susurró con voz ronca en el oído de Tom. Este tuvo que sonreír de lado. Había pasado un tiempo desde que había tenido un sexo pervertido.
Agarró las esposas y la venda — ¿Qué, no quieres que te amordace también?
Warren se sonrojó una vez más y miró hacia abajo —Si quieres…—Se relamió los labios y Tom le dio una tímida mirada. Tom había estaba bromeando en realidad, pero si a este chico le gustaba eso, quién era él para decir “no”.
Tom deslizó sus manos dentro de los pantalones de Warren, sintiendo la erección del otro muchacho. “Solo besos y ya está excitado” Tom casi rio a qué tan fácil el chico era. Warren gimió suavemente contra el cuello de Tom, frotándose contra su mano.
De pronto la puerta de la habitación se abrió de golpe. — ¡Lo siento! ¡Pensé que estabas solo! —Una joven muchacha apareció en la habitación —Ustedes dos continúen, ignórennos, solo estamos pasando el rato allá afuera. —La muchacha cerró la puerta.
Warren gruñó —Ella es mi mejor amiga, estamos aquí porque se graduó de la universidad.
Ahora habían fuertes ruidos que provenían de afuera, música y gente conversando. Tom odiaba la audiencia.
— ¿Por qué mejor no vamos a mi cuarto? —Sugirió, no queriendo ser visto por otras personas.
Warren asintió. Mientras se levantaban, Tom guardó las esposas y la venda en sus bolsillos, sonriendo a los próximos eventos. Salieron de la habitación e intentaron pasar desapercibidos de la gente ruidosa.
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Bill dio otro largo sorbo del Red Bull. Había estado sentado en su cama por casi una hora intentando crear nuevas letras de canciones, pero tenía un bloqueo. No importa lo que hacía, simplemente no se le ocurría nada que tuviera sentido. Miró fuera a la ventana, la luna estaba abajo sobre el océano, mostrando un místico y hermoso resplandor. Si eso no podía inspirarlo, nada esa noche lo haría, así que decidió irse a dormir. Al levantarse, derramó lo que quedaba de su Red Bull sobre su cama. Bill gruñó. “Bien hecho, Bill” Pensó.
Rápidamente, tomó la ahora lata vacía y jaló las sábanas de la cama, pero fue inútil, mitad de la cama estaba cubierta de Red Bull. Suspiró. “Oh bueno, no hay razón para llorar sobre Red Bull derramado”. Decidió dormir en la cama de Tom. No es que iba a necesitarlo esta noche. Bill sonrió ligeramente. Dejó mitad de las sábanas en el suelo y fue al cuarto de su gemelo. Encontrando su cama aún fresca, luciendo tentador para Bill quién estaba tan casado que sentía que se desmayaría ahora. Bill gateó sobre las sábanas de la hermosa cama de madera y en cuestión de minutos cayó dormido.
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Tom y Warren estaban a mitad de camino hacia el búngalo de Tom cuando Tom recordó que había dejado su chaqueta en la habitación de Warren. No es que necesitara su chaqueta en esta isla, pero combinaba con su ropa. Además, su teléfono estaba ahí. Tom suspiró —Olvidé mi chaqueta en tu habitación.
—Puedo ir por ella —Warren se ofreció.
Tom meneó la cabeza —No te preocupes —Le dio a Warren la llave de su búngalo.
—Encuéntrame ahí. Mi habitación está en la izquierda —Acarició el oído de Warren, haciendo que este suspirara de sorpresa y Tom tuvo que esconder su sonrisa, esto iba a ser divertido.
—No comiences sin mí —Tom le guiñó y comenzó a caminar de regreso. Warren se sonrojó una vez más y se encaminó al búngalo de Bill y Tom.
Después de encontrar exitosamente su chaqueta, Tom logró escabullirse sin ser notado de la multitud del búngalo de Warren. No tenía ganas de explicar que estaba haciendo ahí, no estaba lo suficiente listo para que el mundo sepa que también le gustaba tener sexo con hombres. Todos siempre pensaban que Bill era el que tenía tendencias homosexuales, aunque Tom estaba bastante seguro que a Bill no le gustaban los hombres en lo absoluto.
Se apresuró hacia su búngalo, no queriendo que Warren esperara por mucho tiempo por él. Al entrar al búngalo todas las luces estaban apagadas. Tom comenzó a emocionarse ¿estaba Warren jugando un juego pervertido o algo parecido? Caminó a través de la sala, la luz de la luna era suficiente para ver a dónde iba. Al mirar por la ventana vio una figura de pie un poco lejos del búngalo en la playa. En realidad, nadie se suponía que debía estar ahí ya que este era el búngalo privado suyo y de Bill, pero como sea, no le importaba ahora mismo. Entró a su habitación una sonrisa se esparció a través de sus labios. En la oscuridad de la habitación pudo notar a Warren desparramado en la cama. Boca abajo y usando nada más que una ropa interior. Tom se quitó sus prendas sin hacer mucho ruido y suavemente subió a la cama. Sonrió entre dientes ligeramente y recorrió sus manos bajo la suave espalda de Warren.
— ¿Cómodo? —Tom canturreó dentro del oído de Warren, pero no recibió respuesta. Su cabello negro estaba tapando su rostro y estaba respirando profundamente. De pronto Tom se dio cuenta que Warren se había dormido. Sonrió de lado y sacó las esposas y la venda. Se quitó la bandana de su cabeza y decidió realizar la idea de Warren sobre amordazarlo. Nunca había hecho algo así a nadie antes y la idea lo intrigaba. Gentilmente, colocó la bandana sobre los labios ligeramente entreabiertos de Warren. Warren gimió un poco confundido, apenas despertando. Tom se apresuró en atar la bandana y proceder a esposar las manos de Warren por sobre su cabeza. Warren levantó su cabeza un poco y Tom tomó la oportunidad para vendarlo. Warren gimió ruidosamente y Tom sonrió entre dientes.
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Bill fue despertado de su sueño por algo siendo colocado en su boca. Intentó decir algo pero la molestosa pieza de tela en su boca lo detenía de hacerlo. Abrió sus ojos dormilones, pero la habitación estaba oscura excepto por los rayos de luz de luna. Sintió alguien agarrando sus manos y… ¡¿esposándolo?! Alzó su cabeza alarmado y de pronto alguien lo vendó. Intentó gritar pero solo salió un gemido amortiguado. ¡¿Qué estaba sucediendo?! ¡Estaba siendo secuestrado! Bill siempre había estado paranoico y ahora de pronto alguien lo estaba raptando. Oh Dios, iba a morir. Ahora Bill estaba en pánico total, intentaba levantarse pero alguien lo tenía sujetado sobre la cama.
De pronto oyó una risa profunda y familiar cerca de su oído: ¡Tom! ¡Gracias a Dios! Solo era Tom. Nadie estaba raptándolo y nadie quería matarlo. Bill se calmó. Casi quería reírse por el miedo de hace momento. De pronto sintió las manos de Tom recorrer su espalda y Tom… ¿besó sus hombros? “¿Qué carajos…?” Bill pensó confundido.
—No te preocupes, sé lo que quieres pequeña perra —Tom canturreó en su oído.
Bill se tensó perplejo. ¿Qué acaba de decirle Tom? De pronto las manos de Tom abofetearon su trasero. Bill intentó gritar pero solo sonó como un gemido. Estaba entrando en pánico otra vez. ¿Qué demonios estaba haciendo Tom? Tom comenzó a mordisquear su oído. Bill desesperadamente intentó alejar su cabeza del desconocido sentimiento.
Tom solo rio — ¿Así que quieres jugar a ser el necio, hm Warren?
Espera… ¿Warren? ¿Quién demonios era Warren? Bill intentó moverse una vez más, pero el peso de Tom lo mantenía firme en su lugar. Ahora recordó quién era Warren ¡Era el juguete de Tom para esta noche! ¡Oh Dios! Bill estaba en modo pánico. ¡Tom lo había confundido por Warren! Esto no podía estar sucediendo. Seguramente solo era una pesadilla.
“¡Oh, Bill, por favor despierta!” gritó en su mente.
Continúa…
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