
Fic TWC de lyra
Capítulo 1. Sin poderlo evitar
—Tom, mírame por favor—le suplicó Bill a su hermano.
Pero vio con tristeza como sus ruegos no eran escuchados. Desde que regresaron de la gira, la actitud de Tom había cambiado. Le encontraba distraído y distante. Ya nunca hacían nada juntos, ni siquiera hablaban.
—Solo quiero saber qué te pasa—insistió preocupado cogiendo su mano.
La apretó con suavidad entre la suya, rozando su palma con el pulgar, lo que hizo que Tom se soltara de inmediato.
—Déjame—le pidió alejándose de él.
Le vio coger su sudadera y salir de su propia habitación, a la que él había acudido para tratar de averiguar porque le estaba evitando. Salió tras él y bajó corriendo las escaleras para poder pillarle antes de que saliera por la puerta.
— ¿A dónde vas? Déjame acompañarte—suplicó tirando de su brazo.
—Tengo que hacer un recado—dijo Tom de nuevo soltándose.
— ¿A estas horas?—preguntó Bill extrañado—Ya es de noche.
Pero Tom le ignoró y abrió la puerta. Salió del apartamento todo lo deprisa que pudo sin volver la vista atrás en ningún momento. De esa manera no vio cómo Bill se quedó parado ante la puerta, pensando que le estaba perdiendo sin remedio.
— ¿Bill?
Se giró y cerró la puerta despacio. Ante sus ojos se encontraba uno de sus compañeros de grupo, Gustav, quien le miraba extrañado.
— ¿Vas a algún lado?—preguntó con curiosidad.
—Estoy preocupado por Tom, me ha dicho que tenía que hacer un recado y se ha ido—explicó Bill con voz temblorosa— ¿A dónde puede ir en plena noche?
Pero su compañero en vez de contestarle, solo esbozó una amplia sonrisa y alzó una ceja.
—No creo que haya ido a reunirse con una chica—negó Bill molesto—No es la primera vez que se trae una al apartamento, no entiendo porque ahora quiere actuar a escondidas.
—No sé si lo sabrás, pero hace meses que Tom no trae a nadie—le informó Gustav.
— ¿No? Pues no me había fijado—murmuró Bill muy serio.
—Tal vez en casa no puede gozar de la intimidad necesaria y se ha tenido que buscar otro sitio. Puede que vaya hacia el en estos momentos.
—Puede—repitió Bill pensativo.
—Me voy a dormir, ¿y tú?—preguntó Gustav ahogando un bostezo.
—Ahora subo, voy a tomar un poco de leche—le dijo entrando en la cocina.
Esperó hasta que escuchó como su compañero entraba en su habitación y cerraba la puerta. Entonces cogió su cazadora que siempre dejaba colgada en el perchero del vestíbulo y se la puso mientras salía del apartamento corriendo.
Si se daba prisa aún podía pillar a Tom. Sabía que no debería espiarle, pero algo le decía que esa noche no se iba a reunir con una chica.
Se metió las manos en los bolsillos y maldijo por lo bajo. Se había dejado el móvil en el apartamento por las prisas. Eso y la cartera.
Suspiró. No pensaba perder más tiempo regresando a por ellos. Caminó con paso decidido, guiándose por un instinto. Dejó atrás las calles iluminadas, metiéndose a su pesar por oscuros callejones.
Cuando casi llevaba media hora se paró y miró a su alrededor. No tenía ni idea de donde se había metido, y no había rastro de Tom por ninguna parte.
Echó un vistazo a la carretera. Ni siquiera pasaba algún coche y menos un taxi. Decidió que lo mejor sería dar media vuelta y regresar por donde había venido. Ir al apartamento y esperar a Tom, no dejar para otro día esas preguntas que tanto le carcomían.
¿Qué hacía a escondidas? ¿Por qué se había distanciado?
Estaba perdido en sus pensamientos que no pudo reaccionar a tiempo. De entre las sombras surgió una encapuchada figura que le dejó sin conocimiento con un golpe certero en su mandíbula.
Continuará…