
Fic TWC de lyra
Capítulo 17
—Ahí fue cuando empecé a sospechar que los hijos que llevaba en mi vientre eran tuyos. Uno de ellos no lo pudo soportar y lo perdí, quedando muy débil y…
—Y ahí fue cuando aceptaste posar, enseñando al mundo entero algo que pertenecía a nuestra privacidad—le cortó Tom algo brusco sin poderlo evitar.
Bill se le quedó mirando. Toda la ilusión que sintió al ver que asumía encantado que tenían un hijo en común se esfumó en el momento en que le contó que iban a ser gemelos. No fue culpa suya, hizo todo lo que estuvo en su mano por salvarle la vida… ¿o no?
Si no se hubiera alejado de Tom, contar a su tutor lo que le pasaba y dejarlo todo en sus manos, en esos momentos serían dos los bebés que estarían durmiendo plácidamente en su cuna.
Viendo que Tom no le decía nada, le dio la espalda y se sentó en la cama poniendo una mano sobre su hijo, que dormía ajeno a los gritos que habían estallado hacía minutos escasos. Le observó dormir hasta sentir que Tom salía de su habitación y entraba en la suya escapándosele un ligero portazo. Sintió que su hijo se estremecía y se inclinó sobre la cuna. Lo cogió con suavidad en sus brazos y meciéndole en ellos se tumbó de espaldas en la cama dejando a su hijo descansar sobre su pecho.
Cerró los ojos y suspiró sonriendo. Le llegaba su suave aroma, a esa colonia que Tom le regaló y que cada vez que se la echaba a su hijo le recordaba mucho a él. Suspiró de nuevo y se sumergió en sus recuerdos, abrazando con fuerza a ese hijo que el destino no pudo arrebatarle…
5 MESES ATRAS
Llevaba todo el día sintiendo calambres en el estómago, pero como no había comido nada desde la noche anterior tampoco le dio mayor importancia.
Se había levantado muy revuelto esa mañana y para la hora de comer parecía que remitían las nauseas. Solo entornes se levantó de la cama y se vistió con lo poco que aún le servía: unos pantalones que se puso sin abrochar el botón porque ya no le cerraba y una camiseta ya vieja. Se recogió el pelo en una coleta y se calzó suspirando.
Solo estaba de 4 meses pero ya se le notaba el embarazo. Se sentía muy pesado y tenía los tobillos hinchados. No tenía ganas de salir de la habitación del hotel en el que se recluyó desde que abandonara el grupo. El dinero se le estaba acabando y pronto no tendría ni para comer.
Pero no pensaba recurrir a nadie. Él solito se había metido en ese atolladero y saldría por sus medios.
Salió del hotel esquivando la dura mirada del director. Con las ropas que llevaba parecía más un vagabundo que una antigua estrella del rock. No le quedó más remedio que vender en una tienda de segunda mano esas cazadoras de cuero que con tanta ilusión compró para lucirlas en los conciertos que daban.
Con el dinero que sacó por ellas pudo alquilar una habitación en un hotel modesto en el que llevaba casi dos meses, saliendo solo para comer cuando podía dar dos pasos sin sentir que se le revolvía el estomago.
Caminó calle abajo hasta el super que por suerte abría todo el día. Entró y como ya era una costumbre en él, se metió en el pasillo de la bollería y los dulces, pero solo para mirar. Dese que se quedó embarazado solo le apetecía comer chocolate a pesar de que lo odiaba.
Se recreó la vista y luego caminó en dirección contraria. Necesitaba proteínas y se dirigió al pasillo que tenía más cerca sintiendo una dolorosa punzada en el estómago, se llevó una mano a el gimiendo por lo bajo. Si no comía algo se desmayaría de un momento a otro…
Y eso fue exactamente lo que pasó. De repente lo vio todo borroso, levantó una mano cuando se sintió caer, tirando al suelo una pila de latas de conserva, cayendo entre ellas cuando la oscuridad se hizo a su alrededor y su dolorido cuerpo hizo contacto con el suelo.
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Despertó cuando otra dolorosa punzada. Gimió de nuevo tratando de llevarse una mano al estómago, pero fue retenido por la muñeca.
—No te muevas—le pidió una voz con dureza.
Obedeció con esfuerzo, paseando la mirada por la habitación en la que se encontraba. Claramente estaba en un hospital, recostado en una camilla con las piernas alzadas.
—Todo preparado, doctor—escuchó otra voz.
—¿Qué…qué me van ha hacer?—preguntó con esfuerzo.
—Lo siento, pero no hay más remedio—contestó la misma voz.
—¿He perdido a mi bebé?—preguntó conteniendo el aliento.
—Solo uno de ellos—escuchó con asombro.
—¿Solo uno…?—repitió en un susurro.
—Ibas a tener gemelos, pero uno de ellos no ha podido superarlo. Tenía el corazón muy débil y seguramente lo perdiste en la noche. Ahora debemos extraerlo para que no haga más daño al otro bebé.
No podía creerse lo que le estaban diciendo. ¡Gemelos! Como él y Tom… Comenzó a llorar sin poderlo evitar, hasta que sintió mucho sueño y se dejó arrastrar sin remedio.
Cuando volvió a abrir los ojos estaba descansando en una cama. Trató de mover las piernas, pero no sentía nada de cintura para abajo. Se llevó con lentitud una mano al vientre, sintiéndolo firme pero ya no tan abultado como esa mañana…o eso creía…
Suspiró resignado, todavía no se habían terminado sus problemas…
Tuvo que quedarse una semana ingresado, había quedado muy débil y tenían que comprobar que el otro bebé saldría adelante. Cuando le dieron el alta regresó al hotel para hacer las maletas, las facturas del hospital habían sido elevadas y no le quedaba más remedio que buscarse otro alojamiento más económico.
Buscó un motel cercano al super para no tener que andar demasiado y se instaló en el con sus pocas pertenencias, tuvo que deshacerse del resto de sus ropas y algunos recuerdos que fueron bien acogidos, como sus cadenas, anillos y pulseras.
Con el dinero obtenido podía malvivir dos meses como mucho, luego….ya lo pensaría con más calma. Aún se extrañaba del que el hospital no hubiera avisado a su tutor o hermano, pero al saber que era mayor de edad y no había pedido que llamasen a alguien, le habían dejado tan solo como él quería….merecía…
Pasado otro mes más no lo pudo soportar y buscó ayuda en la única persona con la que podía contar. No era de su agrado, pero necesitaba de sus contactos para hacer eso que no le quedaba más remedio: deshacerse de ese hijo que aún llevaba en su vientre, sin saber de quien era realmente…
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Abrió los ojos gimiendo por lo bajo. Cada vez que recordaba que tuvo que recurrir a David, y el precio que tuvo que pagar por haberse rajado…
Se incorporó con suavidad en la cama y dejó a su hijo en la cuna de nuevo. El pobre estaba rendido tras no haber conseguido su consuelo, pero cuando le escuchó llorar se apresuró a cogerlo en sus brazos pero Matthew no se callaba. Cada vez lloraba con más ganas y no sabiendo que hacer le acostó de nuevo y se sentó en un rincón lo más alejado de él, pasándose las manos por la cara una y otra vez.
No podía cuidar de su propio hijo. No sabía como consolarle cada vez que lloraba, sintiendo que presentía que no le quiso desde el primer momento en que supo que iba a tenerlo.
—Porque no sabía que tu padre era mi hermano—murmuró suspirando.
Siempre le quedó la duda de que podría ser ese chico del que no conocía su nombre. Tom y él solo estuvieron un minuto, menos tal vez. Le parecía imposible que hubiera podido pasar, no lo planeó y tampoco se quiso aprovechar cuando se despertó en sus brazos, sintiéndole frotarse contra su cuerpo…
—Nunca debimos hacerlo—susurró sacudiendo la cabeza.
Arropó mejor a su hijo y salió de la habitación. Tenía que hablar con Tom, tratar de explicarle tantas cosas que le impedían respirar. Llegó a su habitación y llamó con suavidad a la puerta. Esperó pero no recibió ninguna respuesta, así que la entre abrió y asomó la cabeza.
—¿Puedo pasar?—preguntó con timidez.
Tom levantó la mirada del libro que fingía leer tumbado de espaldas en la cama y le miró muy seriamente.
—¿Ya te vas?—preguntó con dureza.
Bill sintió como si le hubieran golpeado con fuerza en el estómago. Se le cortó la respiración y sintió una arcada que le subía por la garganta.
—No…aún no—contestó en un susurro—Quería hablar antes contigo.
Entró del todo en la habitación y se sentó en el borde de la cama, todo lo alejado que pudo de él.
—No hay nada de que hablar, ya lo has dicho todo. Te vuelves a marchar y me dejas a tu hijo… bueno, y mío también. Tranquilo, cuidaré muy bien de él y cuando crezca y me pregunte por su padre ya me inventaré lo que sea—le dijo Tom con dureza.
Volvió a sentirlo de nuevo, esa frialdad con la que le hablaba, su total indiferencia al mencionar que Matthew era también hijo suyo….¿así había estado actuando él los últimos 9 meses? Desde que él solito se destrozó la vida, echaba la culpa a todos los que se ponían delante de sus problemas.
—Lo siento—murmuró levantándose de la cama—Si no te lo quieres quedar, yo ya veré que hago…
—¿Tratar de darlo en adopción otra vez?—se le escapó a Tom.
Maldijo por lo bajo al ver el gesto de Bill. Estaba apunto de romper a llorar en cualquier momento y él le recordaba lo que el bastardo de su ex productor hizo con él, cuando abusó de ese ser tan frágil…
No se lo pensó dos veces y se levantó de la cama. Le abrazó con fuerza y le hizo sentar de nuevo en ella, dejándole enterrar la cara en su cuello. Como le gustaba ese gesto…
—Perdóname por favor—susurró Tom contra su pelo.
—No te tengo nada que perdonar—murmuró Bill cerrando los ojos.
—He sido un imbécil comportándome así. Solo quería que no te fueras de mi lado, te veía tan decidido, abandonando a tu hijo porque te creías un mal padre…
—Es que lo soy—le cortó Bill levantando la cabeza—No he querido a mi hijo desde el primer día que supe que lo iba a tener, solo lo veía como un problema del que deshacerme a los 9 meses, nunca pensé en que haría tras tenerlo…me daba igual con tal de no llevarlo ya dentro…
—Te he visto como le cuidas y se me cae la baba cada vez que re veo con Matthew en brazos—susurró Tom sonriendo—Te veo dormirlo con tanto amor, como le acunas y le besas en la frente suspirando…Bill, eres el mejor padre que puede haber tenido Matthew.
—¿De verdad lo crees?—preguntó Bill con un hilo de voz—Esta tarde no podía calmarlo y…me asusté…
—Bueno, has tenido un momento malo pero eso ya se ha pasado. Por favor, quédate. Matthew te necesita…los dos te necesitamos…—suplicó Tom.
—Si me quedo—empezó a decir Bill mirando a su hermano fijamente—Entre tú y yo no…no puede haber nada Tom, lo de Matthew fue un error…
Tom solo pudo asentir suspirando. Le abrazó con más fuerza y apoyó la mejilla contra su pelo. Cerró los ojos y se quedó pensando…rezando….
“Solo necesita tiempo, ver que he cambiado y le amo tanto como él me ha amado….”
Continuará…